Luego de estar operando durante 7 años, Cablevisión se ve obligada a dejar de proveer el servicio de banda ancha a sus, aproximadamente, 1.055.000 de usuarios.
Arranco con una frase que intenta, de la manera más centrada posible, resumir lo sucedido con Fibertel el pasado 19/8/10. A lo largo de este post, buscaré analizar la postura de los dos bandos con la idea de que, entre todos, reflexionemos sobre lo que nos está pasando.
En primer lugar, tengamos en cuenta que esta cuestión no deja a nadie afuera, sean o no usuario de Internet, sin importar quien sea tu proveedor de banda ancha seas o no usuario de este servicio, pagues o no por recibirlo. Internet es hoy un derecho fundamental de los ciudadanos y tenerlo o no, no puede depender de lo bien o mal que se lleven dos tipos audaces.
Vayamos al ideal, yo quiero: portabilidad númerica total y el mayor número posible de proveedores ofreciendo triple play. Esto, a menos que haya cartelización, me aseguraría mayor cantidad y calidad de servicios a menor costo.
Prestemos atención a los siguientes tres párrafos:
– La experiencia indica que en los mercados donde imperan reglas competitivas, se logra reducción de costos y multiplicación de servicios de telecomunicaciones, posibilitando el crecimiento del conjunto de las actividades económicas del país.
– Dadas las actuales políticas en telecomunicaciones aplicadas por los países de vanguardia, se estima necesario establecer un régimen que permita a todo prestador responsable que esté en condiciones de invertir y contribuir a aumentar la oferta de servicios y la posibilidad de elección de los clientes y consumidores, que pueda hacerlo sin restricción alguna, tal como lo disponen los compromisos internacionales recientemente asumidos y ratificados por el HONORABLE CONGRESO DE LA NACION.
– Para hacer ello posible, es necesario elaborar un régimen de licencias que resista el paso del tiempo, en un sector en donde la convergencia tecnológica y la integración de servicios tornan impropias, en pocos meses, definiciones que imponen restricciones artificiales; que no ciña con normas rígidas a cambiantes tecnologías; que no pretenda imponer un diseño de prestación de servicios preestablecido por la Administración, en un campo en donde debe ser respetada la libre iniciativa de los prestadores, quienes sabrán adaptar sus modos de brindar servicios a las cambiantes realidades del mercado.
No son palabras expresadas por un soñador narcotizado divagando en una nube gaseosa, son algunos de los considerandos que dieron lugar al Decreto 764/00 mediante el cual se reglamentó el otorgamiento de licencias para brindar servicios de telecomunicaciones. Si tenés tiempo y ganas, te recomiendo que lo leas, aunque sea la introducción, podrás apreciar que el espíritu que dio lugar a la norma es progresista y de avanzada.
Mi número es mío (por lo menos mientras lo pague).
Sinceramente, y probablemente también te pase, estoy empalagado con la guerra Gobierno-Clarín, un par que se odia pero hasta hace poco no podían estar sin el otro, a tal punto que se permitían mutuamente todo lo que hoy se cuestionan. Pero, mi querido lector, entre tanto fuego cruzado, algún rezago nos van dejando. Uno a destacar es el de la portabilidad numérica.
La portabilidad es un derecho que hasta ahora nos era negado y que fue previsto por funcionarios del gobierno de Menen mediante la Resolución 46/97 ¡¡hace 13 años!! ¿Y cuáles fueron los motivos que dieron lugar a semejante postergación? Según los considerandos, esta vez, de la 98/00, las principales causas fueron: la crisis del 2001 y la falta de condiciones técnicas y económicas que hicieran viable la implementación.
La Resolución 98/00 –que también te sugiero que leas, entre otras cosas– enumera los servicios sujetos a portabilidad (portables) y los que no (no portables), entre los primeros se encuentra la telefonía móvil y, entre los segundos, la fija. Ahora, por qué la fija se queda afuera, no se entiende muy bien, nuevamente, dan a entender algo así como que las condiciones de competencia no están dadas para que la implementación sobre este servicio termine redundando en beneficios para los usuarios.
Te recuerdo que, para que la portabilidad entre en vigencia, tendremos que esperar un año en el que se reglamentarán todos los detalles de la implementación, entre ellos, el costo de la portación ¿o pensaste que te la ibas a llevar de arriba?
Hemos tenido oportunidad de hablar sobre el tema con las telefónicas y al preguntarles sobre las consecuencias, en un claro acto de negación de la realidad, nos respondieron que para el usuario no las había y que ellos tendrían que aumentar el presupuesto del área de marketing. Tal vez, aunque habrá que verlo, el panorama no se modifique para el usuario individual, pero te imaginarás que la presión de un usuario con 150 líneas a la hora de negociar una tarifa o un servicio no será la misma con portabilidad que sin ella.
Ahora, ¿qué tiene que ver esto con la Guerra? Sospecho que el tema estaba “negociado” de antemano con las telefónicas. Me imagino un breve diálogo: “ustedes se tragan, por fin y de una vez, esta pildorita y nosotros les entregamos los usuarios de Fibertel en bandeja o al menos lo intentamos”.
Miente, miente…
Cablevisión, en su solicitada, en la que claramente se cuida de señalar a Fibertel como una marca, confunde o pretende confundir al mezclar la utilización de la licencia de Fibertel, con la aprobación, por parte de la IGJ, de la absorción de la proveedora de acceso a Internet por la proveedora de televisión por cable.
Este es el talón de Aquiles que tiene Cablevisión en la disputa, sucede que no es lo mismo absorber una sociedad que una licencia de telecomunicaciones, en otras palabras, en este caso, la absorción de la sociedad cuenta con el visto bueno de la IGJ, pero el traspaso de la licencia no tiene el OK de la SECOM.
Es más, sacar una licencia no parece ser un trámite imposible, la persona física o jurídica interesada puede acudir a la oficina central de la CNC o a cualquiera de sus 26 delegaciones en todo el país; presentar antecedentes legales, económicos y técnicos; abonar $5.000.- y luego de 60 días, si todo está bien, podrá retirar la documentación que lo habilitará a prestar servicios de telecomunicaciones.
Tan es así que la CNC cuenta con cientos de licencias otorgadas a personas y empresas de todo el país.
Por su parte, el Gobierno, en su solicitada de respuesta, argumenta que Fibertel, a la que no reconoce como marca, era una empresa absorbida por Cablevisión y que, como persona jurídica, se disolvió el 15 de enero de 2009, fecha a partir de la cual la empresa de cable estuvo utilizando una licencia para la cual no estaba habilitado.
Este es el argumento base que utilizó en la Resolución 100/00 que, a su vez, se basó en el art. 16.2.7 del decreto 764/00, que estipula que una licencia caduca con la quiebra, disolución y/o liquidación del prestador. En este punto y siguiendo los lineamientos de la 764/00, al Gobierno le faltó una intimación previa, una suerte de tarjeta amarilla, antes de sacar la roja directa como hizo el secretario arq. Carlos Lisandro Salas.
También agrega (la solicitada) que en el mercado existen más de 200 proveedores inscriptos en condiciones de ofrecer servicios confiables y de calidad. En este punto cabe señalar que, por ejemplo, en Capital Federal son muy pocos los proveedores con estructura propia. Los más importantes son Speedy, Arnet y Fibertel, y al eliminar al último y teniendo en cuenta que Telefónica posee acciones de Telecom, se hace difícil creer que con esta medida se favorece a la competencia. Tampoco hay que olvidar que muchos de los prestadores con licencia le alquilan estructura a las telefónicas por lo que otra vez volvemos a donde empezamos.
Ahora, teniendo en cuenta: las condiciones de competencia del mercado; la inversión realizada por Fibertel s.a. primero y por Cablevisión después; la necesidad que tiene el país de aumentar la competencia para mejorar la calidad y cantidad de servicios de telecomunicaciones; el espíritu de la 764/00; lo relativamente sencillo que parece el trámite para obtener una licencia y la importancia que dice darle el Gobierno al resguardo de “los intereses de los actuales usuarios y clientes, que pagan su servicio de Internet a CABLEVISION”, ¿no era más fácil corregir el desaguisado administrativo de la empresa del Grupo Clarín y dar así una respuesta más acorde a lo que el sentido común entiende que más le conviene a los usuarios del servicio de banda ancha?
En definitiva, no dicen la verdad desde Cablevision al insistir que están bien de papeles y tampoco lo hace el Gobierno al argumentar que lo hace para garantizar la competencia y proteger a los usuarios de los monopolios.
DUDAS Y MÁS DUDAS
– ¿Qué habrá hecho tan mal Cablevisión para que no le autoricen a continuar con la licencia desde Fibertel una vez que esta fuera absorbida por la primera? Sacar una licencia nueva, como ya escribí, lleva unos 60 días ¿tanto más complejo es decidir si una empresa con los antecedentes de Cablevisión puede ser aceptada como continuadora? El argumento del monopolio, en este caso, no va, con la salida de Fibertel, el mercado claramente se ha concentrado.
– ¿Por qué Cablevisión no resolvió la revalidación de la licencia en época de relaciones cordiales con el Gobierno?
– ¿Tendrá la portabilidad un final feliz? En un año pueden suceder muchas cosas, desde que todo quede en la nada, hasta que las condiciones para llevarla a cabo sean tan desventajosas que a nadie le interese realizarla.
– En el caso de que Clarín no pueda seguir adelante con Fibertel ¿podrá aprovechar de otra manera la inversión realizada en personal, estructura y marketing? ¿podrá p.e. comprar una empresa con licencia y luego alquilarle la estructura?.
– ¿Se animará algún otro inversor de peso a invertir en el negocio de las telecomunicaciones luego de este antecedente?
– ¿Tendremos alguna vez acceso al triple play o mejor aún al multiplay?.
– ¿Se beneficiarán las Telefónicas con este acto de Gobierno? Cuentan las malas lenguas que este fin de semana ya hubo llamado de las Telefónicas ofreciendo el servicio de banda ancha y haciendo referencia a la situación de Fibertel.
– La oposición ha reaccionado y dice que derogará la resolución en el parlamento ¿lograrán ponerse de acuerdo y en poco tiempo?.
– ¿Habrá sido una cortina de humo creada por el Gobierno para retomar la iniciativa en la agenda de lo medios? Si fuera así, lo ha logrado y con creces.
Estas y otras dudas trataremos de ir develándolas en futuras coberturas.
RECOMENDACIÓN
Como dice el titulo de la nota, en clara alusión a la incertidumbre que se ha generado sobre la continuidad del servicio brindado por Cablevisión, considero que lo mejor es esperar.
Si te pasás ahora, tal vez puedas hacer rápido el trámite, pues serás de los primeros, pero si, luego, no pasa nada, es probable que pienses que hiciste una movida de más.
Si, por el contrario, esperás a último momento, recordá que tenés, aprox, hasta el 16.11.10 para abandonar el barco, probablemente el trámite te exija mucha paciencia para llevarlo adelante.
No obstante, sea cual fuere tu decisión, si la caducidad de la licencia de Fibertel se concreta, es muy probable que en 90 días todos los usuarios de Internet en la argentina nos veamos inmersos en un proceso de reacomodamiento de los proveedores que, obviamente, nos traerá algunos dolores de cabeza y la sensación, una vez más, de que somos rehenes de intereses mucho menos loables que garantizar la competencia o brindar un servicio de excelencia.
Por Mauricio Acha