Las sanciones establecidas por EEUU para la comercialización de chips a China han tenido un nivel de éxito que es difícil calcular. Las dificultades para obtener los componentes seguramente tiene consecuencias, pero hay muchas vías a través de las cuáles se han sobrepasado los límites. Por ejemplo el comercio a través de Singapur. A los que si parece haber afectado bastante esta medida es a los aficionados a los videojuegos.
La semana pasada una tienda de la cadena PC Koubou comenzó a comercializar los últimos modelos de chips Nvidia para el universo gamer. Los GeForce RTX 50. Convocó a los interesados a presentarse a cierta hora. Si eran muchos les iban a ofrecer boletos para una lotería que decidía quienes podían hacer la compra.
Pero mucho antes de lo que habían previsto una multitud de más de 400 personas bloqueo las calles del distrito comercial de Akihabara. En muchos casos los ansiosos aficionados invadieron instalaciones adyacentes. Y casi entraron a un jardín de infantes. Como consecuencia de todas las molestias producidas la tienda tuvo que cancelar las ventas.
En China no se consigue
Ejecutivos de la compañía dueña de la cadena apuntaron que el 90% de los compradores eran de origen chino. Esto ocurre porque en China las placas de video de este nivel, que también son utilizadas a menudo en trabajos con inteligencia artificial, no están disponibles. Son elementos bloqueados por las sanciones.
Los aficionados chinos se quejan de que los GPU que llegan a China son versiones “castradas”, con menos capacidades que las estándares. Los elementos de IA son más lentos. Nvidia diseña versiones alteradas de los chips para no ser sancionada por Estados Unidos y sus aliados. Para la gran mayoría de los aficionados la diferencia entre unas placas y otras es posible que no sea notoria, pero para los más exigentes seguramente es una gran decepción.