En Junio les contamos como varios escritores habían demandado a OpenAI por el uso de sus trabajos en el entrenamiento de ChatGPT. A principios de septiembre otro grupo había hecho lo mismo. Recientemente se ha sumado otra demanda, en la que participan escritores muy conocidos, tales como George R. R. Martin y John Grishman.
El objetivo de esta última demanda es que se clasifique el recurso judicial como una acción de clase. Con la idea de defender los intereses de la comunidad de escritores.
La demanda contra OpenAI
La demanda presentada puede resumirse en algunos puntos principales que son interesantes para examinar.
Se señala que OpenAI copio el trabajo de los autores de forma completa, sin permiso o consideración. Luego lo utilizó para alimentar sus modelos de lenguaje.
Como consecuencia de este accionar, el modelo es capaz de generar derivados que se basan en las ideas de estos escritos, los imitan o incluso reproducen en gran medida. Estos productos se producen de forma automática y a muy bajo costo, y ponen en riesgo la forma de vida de los escritores.
Un comentario curioso y digno de análisis apunta que la empresa debió haber entrenado a ChatGPT en los trabajos que actualmente son de dominio público. Lo dicho tiene mucha lógica, si el objetivo era mejorar la capacidad del sistema, no hay necesidad alguna de hacerlo con el trabajo bajo derecho de copia.
La cantidad de material de dominio público disponible es enorme. No hay excusas. O bien la empresa ha actuado con negligencia, o la intención ha sido imitar los estilos de escritura más recientes.