El dicho afirma que de la muerte y los impuestos no se salva nadie. En Argentina en particular siempre hay un impuesto listo y donde no lo hay se está preparando uno.
El viernes pasado el Ministro de Economía, Martín Guzmán, apuntó a la importancia de tener un marco regulatorio sólido para las criptomonedas. Para poder recaudar impuestos lo que las autoridades necesitan es ser capaces de recabar datos sobre los usuarios y sus actividades.
Desde el gobierno se sospecha que las divisas digitales se utilizan para evadir impuestos. Esta idea no es algo exclusivo de Argentina, muchos otros países han prohibido o avanzado en nuevas regulaciones para el sector por estos motivos.
Guzmán asocio la evasión fiscal a las injusticias históricas a nivel económico que ha sufrido Argentina. También apuntó que la digitalización de las economías ha hecho que este comportamiento sea un problema a nivel internacional.
Pero en el país las divisas digitales se han promocionado como una alternativa de ahorro para evitar las pérdidas provocadas por la inflación. Por eso estos ajustes tributarios son vistos por algunos sectores como parte de un contexto económico en el que el estado busca recaudar más y al mismo tiempo restringe las opciones financieras de los ciudadanos.
Para los que quieren pagar impuestos
En Argentina las transacciones con criptomonedas están gravadas como cualquier otra operación. Las plataformas en el país están obligadas a brindar los datos de sus clientes y pueden congelar los fondos si las autoridades lo piden.
El problema es que muchas operaciones no son reportadas. Existen billeteras digitales personales o relacionadas con empresas con sede en el extranjero. Si los usuarios no quieren suministrarle los datos a las autoridades no hay forma de que estas se enteren sobre sus bienes digitales.
Esto lleva al lugar común de que en Argentina salen perdiendo los que siguen las indicaciones de los gobiernos e intentan hacer todo en regla.