Estuve probando en estos días Google Cardboard, del cual publicaremos en los próximos días un review completo. La idea es genial: es un dispositivo de VR como el Oculus Rift o el Samsung Gear VR, pero en versión súper barata. Google Cardboard es un caja de cartón con dos lentes de plástico, dentro de la cual introducimos nuestro smartphone. Un pequeño imán al costado de la caja funciona como ingenioso botón: al moverlo, nuestro smartphone detecta el cambio en el campo magnético y lo interpreta como un click (en la última versión se reemplazó por una palanquita conductiva que toca la pantalla). Google publicó las especificaciones para que cualquiera pueda construir su propio Cardboard, en Argentina se pueden comprar versiones por menos de $200.
El efecto de realidad virtual se logra combinando:
1. Visión estereoscópica: las apps y videos diseñados para Cardboard dividen la pantalla y le transmiten a cada ojo una imagen levemente distinta para generar la sensación 3D.
2. Sensor de movimiento: nuestro smartphone detecta los movimientos de nuestra cabeza y cambia de manera acorde la perspectiva de lo que estamos viendo.
Usar Cardboard es una experiencia increíblemente inmmersiva: nuestra mente nos convence al instante de que estamos en una montaña rusa o dentro del Palacio de Versalles, miramos a nuestro alrededor y nos rodea otra realidad… Hay decenas de appas y juegos desarrollados para este estándar e incluso un canal de Youtube dedicado a los videos en 360 grados.
Para completar el ecosistema, hace unos meses, en el último Google I/O, la empresa anunció Jump, un estándar para la filmación de realidad virtual mediante un arreglo de 16 cámaras dispuestas en círculo (GoPro ya lo está vendiendo, es su modelo Odissey), los videos se compilan luego en escenas de VR que pueden verse con dispositivos como Cardboard.
Tres advertencias:
1. La experiencia es tan inmersiva que uno se olvida de la realidad y se choca contra las paredes (¡me pasó!).
2. A algunas personas, como a mí, luego de un rato nos marea usar Cardboard.
3. Hoy ya tenemos un grave problema de adicción a las pantallas. La realidad virtual es una experiencia aún más adictiva, la gente que pasa largas horas al día con videos, juegos o pornografía estará mucho más atrapada aún por el Mundo Virtual. Es entendible, la realidad se está volviendo cada vez menos interesante…
¿Se acerca un apocalipsis zombie donde todos viviremos dentro de un Mundo VR?
Miguel Lederkremer
Director Editorial
Revista USERS
Editorial publicada en Revista USERS 293 – Septiembre 2015