La compañía estadounidense deberá modificar completamente su servicio callejero fotográfico Street View, en respuesta a las críticas de los usuarios sobre violaciones de la privacidad, y tendrá que tomar nuevas imágenes con una distancia mayor que la actual, para que no se aprecie el interior de los inmuebles y establecimientos comerciales.
Por lo menos así procederá Google Japón, que llegó a esta decisión después de habilitar un centro de quejas y sugerencias en el que recibió numerosas denuncias de instituciones y personas del país nipón preocupadas por su privacidad.
Sin embargo, Google Street View no sólo fue cuestionado por Japón, sino que el servicio que cubre más de cien ciudades en todo el mundo, también fue suspendido temporalmente en Grecia por su supuesta intromisión en la intimidad, ya que en la aplicación se pueden apreciar personas, vehículos e inmuebles con nitidez.
En el caso de Japón, la prestación de Google disponía de fotos tridimensionales de doce ciudades, que eran tomadas desde una camioneta a una altura de 2.45 metros.
Como muchas de estas imágenes mostraban propiedades privadas, ahora todas las fotografías serán retocadas para difuminar los números de matrículas y las placas de edificios, y en algunos casos habrá que volver a tomarlas, pero 40 centímetros más abajo.
En el Reino Unido también se realizaron peticiones para cerrar Street View, dado que algunas personas se quejaron por haber visto imágenes de alguien vomitando frente a un pub, y porque una mujer le pidió el divorcio a su marido, tras ver el coche de su esposo estacionado frente a la casa de la que sería su amante a través de la herramienta.
Esta serie de quejas se suma a las ya hechas a Google Maps y Google Earth, que fueron criticados por proporcionar imágenes de localizaciones sensibles, como bases militares, por lo que Google teme que estos incidentes sienten un precedente que se extienda a otras naciones.