“Los mitos pueden ser divertidos, pero también pueden ser confusos o inquietantes (…) ¿Sabías que la gente solía pensar que viajar demasiado rápido en un tren podía dañar el cuerpo?”, cuenta Google en El top 10 de los mitos sobre Google Glass, una entrada que procura echar luz sobre algunos conceptos erróneos que corren en torno a estas gafas futuristas. Actualmente el producto es testeado por un grupo de personas, conocidos como explorers, quienes, según la compañía, no son locos geeks sino que “lo único que tienen en común es que se sirven de la tecnología para mejorar su trabajo”.
En el recuento, Google afirma que lejos de la creencia de que Glass es una distracción del mundo real, “permite hacer vida normal mientras se usan” a diferencia de la atención que requiere una computadora, smartphone o tablet. También desmiente a las voces que afirman que siempre está grabando, indicando que “la pantalla de Glass está apagada por defecto” y que “si grabasen siempre, la batería duraría sólo 45 minutos”. Siguiendo lo informado en esta nota, se desmonta la creencia de que el dispositivo de vestir incorpora reconocimiento facial “a pesar de que técnicamente se pudiera hacer”; y aquel que indica que Glass es un aparato de vigilancia. Al respecto, dice Google: “Seamos honestos: si alguien quisiera grabarte en secreto sería mejor no llevar unas gafas tan visibles.
Finalmente, la firma admite que el producto aún es un prototipo. “Seguimos puliendo el producto para poder lanzarlo al mercado de consumo”, indican y advierten que Glass no será sólo para privilegiados. Al respecto indican que los modelos actuales cuestan US$1500 y que “está fuera del alcance de mucha gente”, por lo cual se espera una reducción en su valor de venta. Google aún no ha indicado una fecha precisa para su disponibilidad en el mercado, aunque se había especulado que vería la luz durante el año en curso a un valor de US$600.
El mito 9 es aquel que sostiene que Glass está prohibido en muchas partes. “Desde que los móviles se impusieron en nuestra vida diaria hemos sido bastante cuidadosos creando un protocolo, en ocasiones, exquisito y a menudo necesario para saber en dónde se puede grabar y dónde no. Glass, en esencia, es parecido al móvil y tendría que seguir las mismas normas”, sostienen. Lo cierto es que, si bien el uso de Glass no es vedado en todas partes, sí existe un recelo en torno a su aparición. Casinos, restaurantes y demás establecimientos se han manifestado en contra de la propuesta del producto; existe, incluso, una organización anti-Glass denominada “Stop the Cyborgs” quienes dicen luchar contra la mecanización del ser humano.
Fuente: TechCrunch