YouTube y la industria discográfica tuvieron épocas de idas y vueltas. Pasamos etapas en las que prácticamente no se podía publicar nada que tuviera contenido musical protegido por derechos de autor, y ahora el material de este tipo abunda. De hecho, es posible musicalizar nuestros propios videos con un amplio catálogo de canciones comerciales a cambio de que YouTube agregue un link para comprar el track en iTunes y en algunos casos la inserción de publicidad.
Por otro lado hay un dato imposible de ignorar: YouTube se ha convertido en el canal por excelencia para el descubrimiento musical por parte de millones de adolescentes. Según algunos relevamientos, más del 60% prefiere a YouTube como medio para escuchar su música favorita y de hecho en muchas ocasiones acuden a aplicaciones de descarga y conversión del video para hacerse con el MP3 destinado en la computadora o el smartphone. Además, fenómenos como Call Me Maybe o el impresionante Gangnam Style dejaron más que claro que este servicio ya está más que instalado como plataforma de lanzamiento para varios artistas (el equivalente al MTV de la década de los 80).
La cuestión es que Google tendría la clara intención de monetizar aún más ese potencial, y estaría trabajando en un servicio de streaming de música al estilo Spotify aprovechando la infraestructura ya montada para YouTube. Son meras especulaciones, pero si la empresa ya cuenta con la posibilidad de un streaming fluido de audio y video, ¿cuánto gasto adicional les implicaría separar el audio y ofrecerlo en un servicio paralelo?
La canalización se haría a través de smartphones, obviamente potenciados por Android y usando a Google Play como plataforma. Así, los usuarios de la tienda podrían además usarla para escuchar música en directo a cambio de algún abono mensual o consumo de publicidad.
Según Forbes, quien ya habría firmado para adherirse a la propuesta es Warner Music (que en 2012 recibió el 25% de sus ingresos por parte de los servicios de streaming), y estarían detrás de Universal Music Group y Sony Music Entertainment.
Si bien Google deberá enfrentarse a otros servicios ya consolidados en la materia, por otro lado se encuentra ante la posibilidad de llegar a países donde éstos han sido restringidos por los vericuetos legales de la distribución de la música. Si encuentran la posibilidad de explotar esa veta, quizás seamos testigos del surgimiento de un nuevo gigante de la música.