Durante las olimpiadas Google lanzó un aviso publicitario para promocionar a su inteligencia artificial Gemini. En el video un padre le pide a la IA que ayude a su hija a escribir una carta a la atleta Sidney McLaughlin-Leyrone. De principio es difícil ver qué conflicto podría darse a partir de tal producción, pero todo lo que involucra a las IA tiende a despertar polémicas. En este caso las críticas apuntaron a que la empresa quería reemplazar la creatividad de la niña con el trabajo de Gemini.
También podríamos agregar que el padre intenta evitar sus responsabilidades delegando el trabajo a un sistema automatizado. En el video el padre señala que es bueno con las palabras, pero en este caso el mensaje tenía que ser perfecto.
Cuidando la imagen
Al principio Google apuntó que el aviso mostraba como Gemini podría mejorar el punto de inicio para el trabajo de escritura. Sin embargo, el viernes pasado decidió que era mejor no volver a emplear el video. La compañía señaló: “Aunque tuvimos buenas respuestas para el aviso antes de su transmisión, dado el feddback que recibimos, hemos optado por eliminarlo de nuestra tanda de las olimpiadas”.
Las personas ausentes
Observando el video la impresión que tenemos es que la IA recibe una consigna con varios detalles y produce un texto completo y elaborado. Nunca aparece la niña editando el texto o siquiera leyéndolo. Es una típica escena del padre haciendo la tarea creativa de los hijos sin dejarles participar, pero sin el padre. La sensación de que el resultado es falso es casi inevitable.
En cierta medida el corto de Google ha recibido la misma crítica que el que había publicado Apple en el que una serie de obras de arte e instrumentos eran comprimidos hasta formar una tablet.
En muchos sectores de la opinión pública existe una marcada hostilidad ante la idea de que las IA avancen sobre el terreno de la creatividad humana. Este sentimiento está a menudo agravado por el hecho de que los modelos generativos suelen tomar lo producido por los seres humanos para su entrenamiento, incluso sin pedir permiso o compensar económicamente.
