La batalla legal entre Samsung y Apple que se está llevando a cabo en la corte de Australia está tan “caliente” como un culebrón mexicano. En una relación amor-odio, Samsung le reclama a Apple la violación de tres de sus patentes para tecnologías de comunicación inalámbrica en el iPhone 4S, y de ahí la llegada de la disputa a la justicia.
Pero la cosa no se queda ahí, ya que en paralelo nos enteramos de “movidas” como la apertura en Sidney de una tienda de Samsung a escasos metros de una de las Apple Store más grandes, con una campaña de venta del Samsung Galaxy S II a 2 dólares el mismo día que Apple presentaba al iPhone 4S. Y esto no es todo, porque Apple arremetió reclamando la prohibición de la venta de la Samsung Galaxy Tab en Alemania, asegurando que era “muy parecida” al iPad, mientras que Samsung hizo lo propio respecto al iPhone 4S en Italia y Francia. Ágil de reflejos, Apple registró la patente de “deslizar para desbloquear”, dejando a todos los equipos Android (incluidos los Samsung, obvio), al borde del delito.
Eso sí, negocios son negocios, y en el medio de todo esto Samsung se hará cargo de la producción de los procesadores A6 de Apple, de la misma manera que lo hizo con modelos anteriores.
El último capítulo de esta novela lo muestra a Samsung reclamando ante la corte la posibilidad de acceder al código fuente del iPhone 4S, además de poder revisar todos los acuerdos que haya cerrado Apple con compañías australianas, para así despejar cualquier duda en relación a sus reclamos.
Como se imaginarán, esto deja a Apple en una posición más que incómoda, ya que no sólo se expone a que se confirme la violación de patentes que Samsung le reclama, llevándolo a perder la disputa, sino que además le estaría entregando a los coreanos todos los secretos que hicieron posible al iPhone 4S, información que Samsung no dudaría en usar para potenciar a su línea Galaxy.
La corte no se expidió al respecto, y no será fácil que le ceda semejante derecho a Samsung, considerando además la enorme presión que ejercerá Apple para que esto no siga su curso. Pero todo puede pasar, y habrá que estar atentos a la próxima entrega de esta apasionante historia.