Según diversos estudios de mercado, las ventas de equipos particulares de Global Positioning System están disminuyendo mientras que la de los teléfonos inteligentes que incluyen esta tecnología aumenta considerablemente.
Los informes arrojaron un poco de terror a los fabricantes del segmento que podrían sentirse amenazados por el triunfo de los smartphones que, además de GPS, ofrecen a sus usuarios servicios de acceso a Internet, cámara de fotos, reproductor de música y agenda electrónica, entre otras herramientas.
Canalys, una consultora de negocios del Viejo Continente, aseguró que durante los últimos tres meses la venta de smartphones con GPS integrado fue tres veces superior a la de los dispositivos de navegación, sólo en Europa.
En este sentido, las unidades de GPS vendidas fueron de 4,3 millones entre julio y septiembre de 2008 cuando el trimestre anterior había sido de 4,8 millones en la región EMEA (Europa, Oriente Próximo y África).
Por su parte, las ventas de teléfonos inteligentes fueron en el tercer trimestre de 10,4 millones de unidades, cuando los tres meses anteriores habían sido de 4,7 millones.
Con este escenario se reaviva una vieja polémica que siempre se presenta con la llegada e implantación de los dispositivos convergentes, y es preguntarse si en algún momento las tecnologías combinadas lograrán eliminar de la faz de la industria a las particulares tecnologías que integran.
Pasó con Internet, que venía a terminar con la TV o los libros, y podemos ver claramente que nada de eso ocurrió: en vez de un reemplazo fulminante hubo una integración por parte de todas las tecnologías. ¿Sucederá lo mismo con el GPS o se encamina lentamente hacia su extinción?