El especial George Carlin: I’m glad i’m dead fue lanzado el 9 de enero en el canal de YouTube Dudesy. El título es bastante adecuado dado que el comediante falleció en 2008 y el show es en realidad el resultado del trabajo de una inteligencia artificial. Si acaso al actor y comediante le hubiera gustado que realizaran este experimento no hay forma de saberlo, pero a sus herederos no les ha caído nada bien y han iniciado acciones legales.
La postura de Dudesy
Antes de que comience el show la voz de la IA, Dudesy, señala que lo que sigue es la imitación que realiza del comediante, no el comediante. Afirma que para conseguir esto hizo lo mismo que los imitadores humanos: escuchó todas las grabaciones que pudo para captar su forma de hablar y actitud. Por lo dicho, propone, su trabajo debe pensarse como el de un comediante humano imitando a un político o una celebridad. Sobre este último punto tenemos nuestras dudas.
El show
La producción presenta una serie de imágenes con temas actuales sobre los que la IA ha generado contenido. El contenido es reproducido por una voz que imita a la del artista. No es especialmente gracioso, pero es coherente.
La demanda
En la demanda se hace hincapié en la admisión de los productores del canal de que miles de horas del material original del autor se han utilizado para entrenar a la IA para reproducir su voz y estilo. Además del uso indebido de material protegido, se apunta que el show explota la apariencia de Carlin (su voz) sin tener derecho a ella.
Según los demandantes no se puede afirmar que la producción tengan por si misma un valor creativo o de comedia, dado que no realiza ningún tipo de sátira sobre el comediante u ofrece una crítica a la sociedad.
En efecto, no hemos encontrado ningún extra significativo o elaboración posterior.
El especial en YouTube no ha sido monetizado, pero los demandantes señalan que los dueños del canal han aprovechado la imagen del artista para publicitarse. En todo caso la demanda solo servirá para aumentar la publicidad. Pero podría, si el castigo es importante, hacer que otros se lo piensen un par de veces antes de intentar apropiarse de la imagen de un artista fallecido.