Desde hace ya un buen tiempo la policía de Hong Kong ha tenido que enfrentar una serie de delitos informáticos sofisticados y de alto impacto. Son estafas realizadas a través de deepfakes. Para ilustrar la situación, el viernes reveló algunos datos sobre un caso que le costo a una empresa de finanzas internacional unos USD 25 millones. Aunque no mencionó el nombre de la empresa o de los involucrados en el incidente.
Sospechas, tranquilidad
Todo comenzó cuando uno de los empleados de la compañía recibió un mensaje de parte del jefe en la filial de Reino Unido. Hablaba de la necesidad de realizar una transacción en secreto.
El empleado encontró lo ocurrido muy sospechoso y pensó que era víctima de una técnica de phishing.
Sin embargo, las dudas se disiparon durante la video llamada dado que en ella aparecieron varios de sus colegas.
Como resultado el empleado accedió a realizar la operación.
Más tarde el empleado decidió comentar lo ocurrido con el director de la oficina local. Y fue entonces cuando comenzó a descubrirse lo ocurrido.
Deepfakes
Todas las imágenes que había visto el empleado en la video llamada eran deepfakes. Estas se crean utilizando inteligencia artificial e imágenes de las personas que están disponibles de forma pública. El mensaje inicial también era falso.
En muchos casos este recurso se emplea para engañar a las personas. Pero en otros el objetivo es engañar a los sistemas de reconocimiento facial. Una práctica común es robar los documentos de identidad para luego realizar pedidos de préstamos y crear cuentas bancarias.