¿Por qué genera expectativa el lanzamiento del iPhone 5? Sencillamente porque, nos guste o no, Apple establece un parámetro de medición en cuanto a cómo están paradas las demás propuestas en relación a las tendencias relacionadas con los smartphones. Como periodistas no podemos ignorar eso, como tampoco podemos ignorar que hablamos de un producto que, para quien tenga la suerte de viajar a los Estados Unidos y traerlo liberado, le costará unos USD 970 (incluyendo todos los impuestos y retenciones vigentes para nuestro país).
Está bien. Nos referimos al lanzamiento que apenas días atrás hizo ni más ni menos que Apple, no a un producto de primera necesidad. Lo que sí se va convirtiendo en una necesidad cada vez más importante es el acceso a un smartphone. Poco a poco va dejando de ser un “chiche geek” para convertirse en un servicio comunicacional.
Poder contar con acceso móvil a Facebook, Twitter, alternativas al SMS como WhatsApp y alternativas a las llamadas de voz como Zello no sólo abaratan costos en materia de comunicación, sino que además permiten a la gente estar al tanto de una realidad que los medios de comunicación no pueden dimensionar tanto como las redes sociales.
Ya no hablamos entonces del smartphone como objeto fetiche que sí o sí tiene que correr lo último en juegos, procesar videos Full HD y sacar 100 fotos por segundo. Sino de un concepto más integrador, que apunte a mejorar el nivel comunicacional (y, por qué no, cultural) de la personas.
En este marco me parece interesante el lanzamiento del Huawei Ideos Pro, un smartphone fabricado (o ensamblado, como les guste), en Tierra del Fuego que se ofrece a un costo que ronda los 500 a 550 pesos argentinos según la empresa y el plan de datos que se elija (entre los 99 y 129 pesos argentinos mensuales).
El equipo se presenta en formato de barra con teclado QWERTY físico y pantalla táctil capacitiva de 2,6 pulgadas (comparando, más grande que la del BlackBerry Curve 9320 que alcanza las 2,4 pulgadas), con resolución de 320×240 píxeles y 256 mil colores.
Tiene una memoria RAM de 256 MB y una flash interna de 512 MB para aplicaciones. Para lo que es música, fotos y video, se puede insertar una microSD de hasta 32 GB.
Pasando a la conectividad, se lo puede enlazar a redes Wi-Fi 802.11b/g/n (pudiéndolo usar como router para compartir la conexión 3G con otros equipos), y justamente en cuanto a 3G opera bajo las redes HSPA/UMTS 850/1900/2100 MHz.
El Bluetooth se ofrece en la versión 2.1 con A2DP (para conectarlo con equipos de sonido o auriculares inalámbricos), incluye GPS asistido (A-GPS), acelerómetro y brújula digital.
El sistema operativo es Android en su versión 2.2 (Froyo), la misma que encontramos en equipos como el Motorola Defy.
Por defecto, incluye preinstaladas las aplicaciones Google Maps, Google Search, GMail, Google Play, Facebook, Flickr, Twitter, Youtube y WhatsApp; y por supuesto estamos habilitados a agregar las que queramos a través de la tienda de Google.
En resumen, un equipo económico, con prestaciones que hasta no hace mucho lo ubicarían en una gama media/alta del mercado, y que, si bien para los exigentes puede resultar incomparable en relación a los “Flagship” del momento, para muchos otros puede significar una interesante puerta de entrada a este nuevo esquema comunicacional.