La técnica conocida como stop-motion se ha hecho popular por tener personajes de plastilina, que se fotografían en diversas situaciones para dar sensación de movimiento. IBM usó esa idea pero cambió a los protagonistas por átomos de carbono apoyados sobre una plancha de cobre.
El resultado es “A Boy and His Atom”, un corto de 60 segundos, integrado por 242 fotogramas y con una sinopsis muy simple: un niño que juega con un átomo. El video entró en el libro Guiness de los Récords como la película más pequeña del mundo. No es para menos: la escena mide 45 nanómetros por 25 nanómetros.
Para lograr la producción, los profesionales de IBM usaron un microscopio desarrollado por la misma empresa: Scanning Tunneling Microscope (Microscopio de Barrido por Túneles, o STM por sus siglas en inglés), que le valió el premio Nobel de física de 1986 a los investigadores Gerd Binnig y Heinrich Rohrer.
IBM también publicó en YouTube el “Detrás de escena” del corto, dónde podrá verse cómo se las ingeniaron para hacer el filme más pequeño del mundo.