La familia de impresoras que está trayendo Canon al país se llama PIXMA, compuesta por cuatro productos. Dos con tanques de tinta recargables:
La G2100 a $5.199.
La G3100, WiFi a $5.699.
Por otra parte se presentaron dos impresoras más económicas con cartuchos tradicionales:
La MG2410 a $1.599.
La MG2910, WiFi a $1.999.
Las versiones WiFi permiten imprimir desde un smartphone con la app PIXMA Printing Solutions o desde Google Cloud Print. Todas incluyen escáner y no traen pantalla.
La maldición de los cartuchos
Los usuarios de impresoras de inyección de tinta venimos sufriendo tres problemas: 1. El alto precio de los cartuchos. 2. Lo poco que duran. 3. Cuando queremos usar la impresora después de un tiempo, la tinta está seca.
Una solución “informal” que surgió hace varios años era conectar los cartuchos a unos tanques externos de tinta, que se cargan desde botellas. El Frankenstein resultante permitía ahorrar sustancialmente en costo de impresión.
Empresas como Brother, Epson y Canon tuvieron el buen tino de tomar la idea de los piratas: ofrecer equipos de impresión continua con tanques recargables y vender las botellas de tinta en lugar de los cartuchos.
Así, con la serie G de Canon, según Melendez, el costo promedio por página impresa a color es de USD 0,006 (menos de un centavo), unas 30 veces menos que el costo por página de una láser color, que es de unos USD 0,18. El amigo Erick también nos asegura que resolvieron el problema de la tinta que se seca, habrá que probarlo…
Canon venderá la botella de tinta en Argentina a $549, la misma permite imprimir 6.000 páginas en negro y 7.000 en color (esto se calcula según la estimación estándar de la industria de un 5% de cobertura por página). Como buenos nerds, no pudimos resistirnos a hacer la cuenta y a nosotros el costo por página impresa a color nos dio USD 0,02 por página, lo que sigue siendo un costo muy razonable. La cuenta que hicimos está acá. Nuestros avezados lectores y los ejecutivos de Canon podrán confirmar si hicimos bien cuenta y hacer sus comentarios en la planilla o en este post.
Desde el Hotel Plaza en la Ciudad de Buenos Aires, nuestro enviado especial, Miguel Lederkremer.