El nombre y el concepto de esta tecnología ya tienen más de 15 años, pero aún falta recorrer un tramo para lograr que todos los dispositivos y artefactos que nos rodean puedan conectarse a Internet y entre sí con el objetivo de automatizar nuestro entorno, obtener mayor comodidad, productividad y calidad de vida.
Ya hay varias empresas desarrollando circuitos para que cada objeto que nos rodea pueda comunicarse con los demás inalámbricamente, y no estamos hablando únicamente de celulares, televisores y computadoras, sino también de libros, botiquines, medicamentos, alacenas, comestibles, termostatos, electrodomésticos, equipos de aire acondicionado, iluminación, calzado, ropa y un sin fin de elementos de la vida cotidiana que pueden llegar a comunicarse para beneficio del usuario.
¿Para qué sirve que una alacena y los productos que guarda se comuniquen? Pues para llevar un control autónomo del stock. Si algo falta o está escaseando, se puede disparar automáticamente un pedido al supermercado con una notificación al usuario: “A las 16 hs llega el pedido de mercadería”. Lo mismo con un botiquín y los medicamentos.
¿Pero no sería impracticable económicamente instalar circuitos hasta en paquetes de arroz? Pues no: se utilizarán circuitos RDIF (los mismos que los libros tienen adheridos en su interior como sistema antirrobo).
¡Para enterarte de los datos clave de esta tecnología mirá el video!