John Ray ha quedado a cargo de la dirección de FTX, la compañía de intercambio de criptomonedas que se declaró hace poco en bancarrota. Ray tiene más de 40 años de experiencia y se hizo conocido luego de trabajar en la supervisión de la quiebra de Enron.
Según explica el interventor, nunca antes en su vida había visto un nivel de descuido tan grande en los mecanismos de control de una compañía. En especial, apuntó, no existe nigúna información financiera de confianza. Las observaciones de Ray nos llegan a través de los primeros documentos públicos que ha presentado a la corte de bancarrotas de Delaware, Estados Unidos.
Falta de liderazgo y control
En el texto se afirma que el control de la empresa estaba concentrado en un pequeño grupo, con poca experiencia, sin la formación necesaria y a menudo de dudosa confianza.
Curiosamente, no existía un sistema centralizado para el control del efectivo de la empresa. Tampoco una lista de las cuentas de bancos con las que se trabajaba. Algunos de los fondos de la empresa fueron utilizados para comprar casas y bienes personales para los empleados y asesores en Bahamas.
Los empleados eran pagados a través de sistemas de chat online y los gerentes aprobaban los pagos con emojis personalizados.
Sam Bankman-Fried tenía por costumbre comunicarse a través de aplicaciones que mantenían los mensajes durante un corto periodo de tiempo antes de borrarlos, y alentaba a los empleados a utilizar los mismos sistemas. A la luz de todo lo ocurrido y la dificultad para seguir los fondos, estas conductas adquieren otro color.
Desde lejos es fácil hablar
Ray tiene a su disposición un pequeño grupo de empleados que ha permanecido en FTX. El regulador apunta que el mal manejo de la empresa ha perjudicado también a muchos empleados y ex empleados, así como a varios ejecutivos. Los ha dañado tanto a nivel financiero por sus inversiones, como en su reputación.
Mientras Ray intenta poner algo de orden en FTX, su anterior CEO lamenta haber declarado la bancarrota. Incluso ha llegado a afirmar que de no haberlo hecho muchos de los problemas que la empresa tenía se habrían podido solucionar.
Pero la realidad no parece tal como la pinta Bankman-Fried. Ray estima que FTX le debe dinero a más de un millón de personas y organizaciones. Las perspectivas para la recuperación de fondos no son buenas.
El mundo cripto intenta apuntalarse
Es importante señalar que muchas de las cuestiones señaladas parecen ir de la mano con cierta forma de pensar de los aficionados a las criptomonedas. Descentralización, un menor nivel de control y mayor confianza en los mecanismos, cierta cuota de informalidad y afición al riesgo. Pero nada de esto es sano o normal para una empresa. Y muchas empresas y ejecutivos del universo de las criptomonedas se han apurado a señalarlo.
FTX no representa el estándar que, en teoría, la industria espera lograr. Aunque no es la primera empresa del sector que muestra poca claridad de manejo.