Una investigadora del equipo de noticias de la BBC utilizó una aplicación con un requisito de edad mínima de 13 años para ingresar a varios espacios de realidad virtual. Su intención era comprobar cuál sería la experiencia de una persona tan joven en dicho entorno.
En muchos de los sitios que pudo visitar encontró gente exhibiendo preservativos, juguetes sexuales y simulando tener sexo. Solo para empeorar el escenario varios adultos intentaron contactarla. A sus ojos ella era una menor.
A todo esto hay que agregar otro clásico elemento tóxico de Internet en general, los insultos racistas y las amenazas de violaciones.
Lo bueno y lo malo en VRChat
La aplicación es conocida como VRChat. Es un programa que permite acceder a una plataforma con entornos en tres dimensiones y una amplia variedad de avatares a elegir. Está disponible en la tienda de Meta Quest, el dispositivo para realidad virtual de Meta.
VRChat tiene una gran variedad de espacios y muchos de ellos son perfectamente seguros y amigables para todas las edades. En sí no hay nada malo en que la plataforma también tengan espacios para adultos, con contenido que algunos pueden encontrar aceptable y otros no.
Sin verificar
El problema es que VRChat no realiza verificación alguna sobre la edad, solo es necesario tener una cuenta de Facebook. Crear perfiles falsos es muy sencillo.
No solo los menores pueden visitar espacios para adultos, sino que adultos pueden acercarse a menores sin que sea advertido adecuadamente por el entorno o algún moderador. Y con esto no decimos que cualquier interacción de un adulto con un menor sea sospechosa.
Los peligros citados son en gran medida los que las redes han tenido desde hace ya varias décadas. Pero la realidad virtual supone una experiencia mucho más inmersiva, lo que puede suponer un impacto emocional mucho mayor en los menores.