La Comisión para el Comercio Justo de Japón le ha ordenado a Google que deje de exigirle a los fabricantes de dispositivos basados en Android que ofrezcan sus aplicaciones y servicios como parte de sus productos. El organismo apuntó que la compañía estadounidense está infringiendo las leyes antimonopolio a través de sus acuerdos de licencia. En ellos se le exige a las empresas que le den prioridad a las aplicaciones y servicios creados por Google.
Como resultado la compañía obtiene una ventaja injusta frente a sus rivales.
Android domina la escena
El sistema operativo es gratuito. Cualquier fabricante o usuario puede instalarlo a gusto. Sin embargo, no ocurre lo mismo con las aplicaciones. Opciones tales como Google Maps, Gmail y Play Store aparecen agrupadas en lo que conoce como Servicios Mobile de Google. Para incluir estos programas es necesario pagar una licencia.
El organismo regulador japonés señala que Google utiliza sus acuerdos con las empresas para que sus aplicaciones estén ya instaladas en el teléfono y para que su buscador y navegador, Chrome, tengan un lugar de privilegio. Aún más, en los contratos se exigen que los fabricantes excluyan a los servicios de búsqueda rivales como condición para la participación en su esquema de ingresos por publicidad.
Investigación
La investigación sobre las prácticas de la compañía no es algo nuevo. Fue anunciada en 2023. En 2024 Google ofreció un plan para resolver algunas de las prácticas anti competitivas. Sería justo decir que no fue suficiente. Hacemos la aclaración del tiempo porque este caso es el primero que se realiza contra una empresa estadounidense en Japón. Y esta última decisión coincide con el conflicto de EEUU con todo el resto del planeta por los aranceles. Es difícil saber con seguridad si en efecto el clima del momento ha influido en la decisión de la comisión.
