FTX era la segunda empresa en importancia dentro del mundo de las criptomonedas. Su fundador, Sam Bankman-Fried, un empresario joven que parecía vivir para su trabajo. Hace unos días comenzaron a circular rumores sobre el mal estado financiero de algunas de las empresas de Bankman. Esto llevó a varios clientes de FTX a retirar sus fondos. El resultado fue una triste confirmación del mal manejo de la empresa. El dinero no estaba allí.
Bancarrota y consecuencias
Luego de intentar algunas soluciones, incluyendo la venta de la empresa a otras compañías del sector, FTX se declaró en bancarrota.
Cuando una empresa se declara en bancarrota no desaparece. La medida es un mecanismo de protección. La idea es que siga funcionando mientras se evalúa como responder bajo supervisión de una corte. Todo esto con un nuevo director a cargo.
La caída de una empresa tan importante supone un gran golpe para el sector y la actividad. Las criptomonedas han perdido valor y ahora muchas empresas se encuentran bajo una mayor presión. Tienen que probar que no sucederá lo mismo con ellas.
Ciertamente es posible desconfiar de igual manera de los bancos. Y cuando algo similar ocurre con un banco, como ha pasado no hace tanto tiempo, los gobiernos suelen implementar algún tipo de rescate. Pero la idea de las DeFi, plataformas de finanzas descentralizadas, siempre ha sido la independencia respecto de las entidades reguladoras. Lo que implica sin supervisión, pero también sin su ayuda.
Fondos que desaparecen
Un detalle llamativo es que Sam Bankman-Fried transfirió en secreto unos USD 10 mil millones de los clientes de FTX a la compañía Alameda Research, también de su propiedad. De esa cantidad, aproximadamente unos USD 1700 millones han desaparecido.
Bankman ha señalado a través de Twitter que todavía está intentando comprender lo ocurrido con FTX.
Algunas explicaciones ya han sido ofrecidas.
El actual equipo legal y de finanzas de FTX ha señalado que el empresario utilizó una puerta trasera en el sistema de contabilidad de la empresa. Este recurso le permitió emplear comandos destinados a alterar los registros financieros sin que sonaran las alertas.