Quizás sea por costumbre, quizás sea para asegurarse un trato preferente en un futuro dominado por las máquinas. No importa la razón, algunos usuarios han utilizado expresiones tales como por favor y gracias a la ahora de interactuar con los modelos generativos. Pero lo curioso es que las IA no distinguen bien estos modismos de lo que verdaderamente importa en una consigna, y por lo tanto gastan poder de cómputo y dinero analizando las cortesías.
En la red X Sam Altman, CEO de OpenAI, fue consultado sobre cuánto dinero perdía la compañía como consecuencia de los buenos modales de sus usuarios. Según el ejecutivo decenas de millones de dólares.
El efecto de la cortesía
Hasta donde hemos podido indagar no existen todavía muchos estudios sobre los efectos de los modales en las IA. Un trabajo realizado en febrero de 2024 por la Universidad de Cornell apunta a que los modelos de inteligencia artificial heredan mucho de los comportamientos humanos y respuestas al tono en el que se les habla. La causa es sencilla, son entrenados con conversaciones humanas y su objetivo es emularlas.
En este trabajo se examinó los resultados obtenidos con consignas en chino, inglés y japonés. Los textos más rudos ofrecieron peores resultados. Sin embargo, las expresiones corteses no garantizaron una mejora en los resultados.
¿Por qué aumenta el costo?
El cerebro de un ser humano distingue la información importante de la que no es importante o resulta cotidiana e intrascendente para el momento. Y tiende a formar estructuras más grandes y generales. Pero este trabajo es más difícil para una máquina.
Las IA no entienden realmente lo que se les dice. Para ellas cada palabra es igualmente importante y amerita la generación de tokens de trabajo. Cuando dices “suma 4 mas 4, por favor” gasta más recursos que cuando dices “suma 4 más 4”, porque tiene que averiguar que debe hacer con el por favor. Tu buena voluntad les pesa.
Mantengamos la amabilidad para los seres humanos.