El viernes la junta de directores del OpenAI decidió despedir al CEO y co fundador de la empresa, Sam Altman. La noticia sorprendió al público, a los medios y a toda la compañía. Los directivos señalaron que la causa de esta decisión era que Altman no había sido lo suficientemente claro en sus comunicaciones y por dicha razón ya no podían confiar en él como líder.
Tanto Altman como Greg Brockman, el otro fundador de OpenAI, forman parte de la junta de directores. Brockman renunció a su posición luego del despido de Altman.
Uno de los que apoyó la medida, Ilya Sutskever, jefe de ciencia de la empresa, señaló que la decisión no habría sido tomado de no considerarse absolutamente necesaria. Poco tiempo después Sutskeyer firmó una carta que impulsaron varios ejecutivos y profesionales de la empresa amenazando con renunciar si Altman no recuperaba su posición.
Sin razones declaradas
Desde la compañía no se ha aclarado a que se referían los directivos al decir que Altman no había sido claro en sus comunicaciones. Pero apuntaron que su conducta había impedido que la junta ejerciera sus responsabilidades. Altman tampoco ha aclarado mucho cuál fue la causa del conflicto.
Se ha especulado que el conflicto podría estar relacionado con la estructura de la empresa, que comenzó como una organización sin fines de lucro pero luego cambió a una que si los tiene. También se ha señalado que el problema podrían haber sido los riesgos de las IA encontrados durante el desarrollo de los productos de OpenAI.
Una tercera posibilidad es que haya ocurrido lo que ocurre con tantas empresas, las personas involucradas simplemente dejaron de llevarse bien o confiar unas en las otras.
Microsoft a la pesca
Microsoft, la principal socia e inversora de OpenAI ha señalado que lo ocurrido no alterará la relación entre las dos compañías. Pero lo más interesante es que la compañía ha tardado muy poco en anunciar dos nuevas contrataciones: Sam Altman y Greg Brockman. Ambos ejecutivos quedarán a cargo del equipo de investigación avanzada en inteligencia artificial. El anuncio se realizó el lunes.
No son los únicos, otros tantos ex empleados de OpenAI se unirían al equipo. Muchos de ellos expertos de gran nivel. Microsoft ha dejado en claro que la puerta está abierta. Satya Nadella explicó que la organización se estaba moviendo rápido para ofrecerle a los recien llegados todos los recursos necesarios para su éxito.
En resumen
Cuatro miembros de la junta cuestionaron el manejo de la empresa por parte de Altman. Lo echaron pero no calcularon las repercusiones que tendría con el resto de los profesionales y ejecutivos. Cuando observaron la posible inmigración en masa algunos se arrepintieron. Microsoft se apuró a crear una división para capturar a los auto exiliados para evitar que terminaran en otra empresa. Microsoft aparece como el principal beneficiario de la fuga de talento de OpenAI, a pesar de ser también uno de los perjudicados.