LUN, 20 / FEB / 2017

La Fórmula E volvió a girar en Buenos Aires

El campeonato de monoplazas eléctricos visitó por tercera vez las calles de Puerto Madero. Más de 20 mil personas alentaron desde las tribunas.

La Fórmula E pisó por tercer año consecutivo las calles de Puerto Madero y confirmó el crecimiento que ya había mostrado en 2016, tanto a nivel de infraestructura como en lo relacionado a espectáculo deportivo.

La novel categoría, en la que compiten monoplazas 100% eléctricos, tuvo su mejor registro de asistencia en su edición 2017 del ePrix de Buenos Aires, con 20.000 personas en las tribunas (producto, en parte, de la presencia de José “Pechito” Lopez en la línea de largada). En la pista, lo anecdótico tal vez sea el resultado, con Sébastien Buemi alzándose con la primera posición -tercera victoria consecutiva de la temporada-, ya que lo más atractivo está en las particularidades propias de un evento totalmente distinto a los que acostumbra el fierrero argentino.

A los ya conocidos cambios de automóviles a mitad de carrera (debido a las limitaciones en la autonomía de la batería), la implementación de FanBoost (los pilotos más votados por el público tienen un bonus de potencia en sus motores) y la ausencia de sonidos producidos por unidades de alta cilindrada, se les ha sumado la llegada de marcas con gran peso en la industria, como Citroën DS –como socio de Virgin, Jaguar y Faraday Future –protagonista de la pasada CES- que suman prestigio y color a la carreras.

El combo de equipos competitivos y tecnología puesta al servicio del espectáculo da como resultado una carrera que nada tiene que envidiar a categorías de mayor trayectoria o prestigio en el mundo motor (esta visión, sin embargo, puede llegar a dividir las aguas entre los fanáticos de las carreras). Asimismo, el trazado urbano de la Ciudad de Buenos Aires, con curvas rápidas y varias zonas de sobrepaso, ayuda a que las posiciones cambien prácticamente en cada vuelta.

Respecto al apartado técnico, son varias las firmas de tecnología que tienen presencia en la Fórmula E. Qualcomm es desde el inicio Partner oficial de la competencia y proveedor de tecnologías que son implementadas por cada una de las scuderías. Además, se han sumado como main sponsors HP y Panasonic, para los equipos Renault y Jaguar, respectivamente.

Bajo el mismo chasis, fabricado por la firma estadounidense Dallara, los equipos eligen distintas configuraciones que le permitan alcanzar el máximo rendimiento. Algunos utilizan un solo motor y otros, dos motores (McLaren es el proveedor oficial). Lo mismo ocurre con la caja de velocidades, de la que algunas scuderías han decidido prescindir.

En cuanto a la batería, su capacidad de 28 kilowatts le permite cubrir solo el 50% del trayecto total en pista. Hay que sumar además su peso de 320kilogramos que las convierten en el componente más pesado del auto (722 kilos en total). El objetivo a partir de la temporada 2018 es disponer de baterías que aseguren autonomía para toda la carrera.

Con todos estos ingredientes, ¿la Fórmula E llegó para quedarse? Por ahora, la experiencia ha superado las expectativas de propios y ajenos, e incluso despertó el interés de firmas como Ferrari y BMW, que podrían sumarse en los próximos años. Aún así, el camino por recorrer hasta convertirse en una verdadera categoría top a nivel mundial es largo. Los grandes obstáculos son la barrera de la velocidad (por su velocidad máxima de “apenas” 210km/h, por ahora solo pueden competir en circuitos callejeros de rectas cortas) y la barrera cultura, ya que en el mundo motor, la combustión es la que manda.

La Fórmula E atrae por su cóctel de espectáculo, tecnología y color. El público definirá si su futuro es prometedor o no.

Imagen: FormulaE

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