Estados Unidos ha iniciado una guerra comercial con varios de sus principales socios económicos. Tal como el sentido común lo indica este tipo de acciones supone un universo de complicaciones y desafíos que pueden fácilmente resultar en un gigantesco gol en contra. De principio, la administración de Donald Trump ha tenido que suspender los aranceles a la industria automotriz unas pocas horas luego de aplicados. La cadena de valor de la industria pasa en varias ocasiones por México, Canadá y Estados Unidos y no puede soportar una carga en cada instancia para cada elemento.
Reuniones de emergencia
Algo similar podría ocurrir con la industria del hardware. Los CEO de IBM, HP, Intel y Qualcomm se reunirán con el presidente de Estados Unidos el 10 de marzo para exponer su preocupación.
Muchas empresas del sector dependen en gran medida de la fabricación en China. Los aranceles podría elevar sensiblemente el costo final de la cadena de valor. También podrían provocar escasez.
Otro punto que siembra dudas son las limitaciones a la exportación de tecnología para la construcción de centros de datos. Las empresas estadounidenses podrían perder terreno en el mercado mundial.
El encarecimiento del hardware impactaría tanto en los costos de las empresas en general como en el bolsillo de los consumidores. Y obviamente podría llegar a otros países que importen desde EEUU.
Un problema bastante grave
El sentimiento del sector es compartido por una gran parte de los ejecutivos del resto de las empresas estadounidenses. Algunos economistas han aventurado que existe el riesgo de que el país entre en un periodo de recesión.
En algunos casos el gobierno estadounidense ha planteado la suspensión de los aranceles durante uno o varios meses. El problema es que el cambio en una cadena de valor tan compleja como la de la industria del hardware puede llevar mucho tiempo, y no siempre está garantizada de conseguir iguales resultados. Mientras tanto los mercados se mueven y las empresas deben rendir cuentas a sus accionistas.
Estados Unidos ha anunciado importantes inversiones para el desarrollo de infraestructura dedicada a la inteligencia artificial. Ninguno de esos proyectos dará resultados a corto plazo.