A partir de hoy, la Internet libre que conocíamos ha dejado existir, ya que el gobierno estadounidense derogó las restricciones contra la discriminación de contenidos en la web; en otras palabras, se trata del final de la Neutralidad de la Red. Este principio fundamental, que establece que todo el tráfico online debe ser tratado de la misma manera, evitando que los ISP impongan barreras para su acceso, incluyendo pagos extra para acceder a ciertos contenidos o para entregar la velocidad necesaria para consumirlos de manera óptima.
En concreto, las reglas introducidas durante la administración de Obama bajo el anterior presidente de la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones), Tom Wheeler, fueron derogadas oficialmente. El destino esta medida se selló en diciembre de 2017, cuando se aprobó la orden de restablecimiento de la “freedom order” del nuevo presidente de la FCC, Ajit Pai, en una votación de 3-2. La orden de Pai, que entra en vigencia hoy, revierte las protecciones de neutralidad de red implementadas por Wheeler.
Bajo el nuevo orden, Internet de banda ancha ya no se clasificará como un servicio de Título II y las regulaciones añadidas que van junto con esa clasificación serán eliminadas. Además, la FCC y la FTC (Comisión Federal de Comercio) ahora compartirán jurisdicción sobre los proveedores de servicios de Internet y trabajarán juntos para hacer cumplir los requisitos de transparencia e investigar las prácticas consideradas anticompetitivas, engañosas o ilegales. Incluso, los estados no podrán anular las estipulaciones del nuevo orden con su propia legislación. Cualquier ley estatal que contradiga el plan recién promulgado de la FCC se considerará sujeto a discusión.
Si bien prometen, al menos en los papeles, acceso irrestricto al contenido en línea con menos regulaciones, la realidad indica que la nueva norma abre el camino para que los proveedores de servicios de Internet hagan prácticamente lo que quieran, incluida la priorización de contenidos, el bloqueo de páginas y servicios y la regulación del tráfico que se mueve a través de Internet. Si bien tomará mucho tiempo ver los efectos prácticos de las nuevas reglas en toda su dimensión, es inevitable que el usuario comience a experimentar una forma distinta de navegar por la web.
Hasta ahora, las reglas consideraban ilegal que los ISP redujeran (o aceleraran) el tráfico de Internet en función del contenido, siempre que los datos fueran legales. Las reglas también prohibieron a los proveedores de servicios de Internet (ISP, por sus siglas en inglés) cobrar extra por cierto tráfico, creando los llamados carriles rápidos para empresas y consumidores.
Básicamente, las reglas intentaron garantizar la igualdad de condiciones para que los ISP no favorecieran sus propios servicios (en particular, la transmisión de video) sobre los de terceros mediante la aceleración y el cobro extra por cierto tráfico. También existía la preocupación de que si no existían reglas de neutralidad de la red, los proveedores de banda ancha podrían crear paquetes por niveles similares a la televisión por cable. Por ejemplo, un ISP podría cobrar una tarifa básica por Internet básico, y por un monto extra acceder a un paquete de redes o un paquete de entretenimiento que incluya música y video.
Si bien los ISP no aplicaron estas prácticas antes de que las reglas de neutralidad de la red entraran en vigor, la realidad marca que hoy en día Internet es un ámbito muy distintos al de hace apenas unos años, cuando los servicios de streaming y las app recién comenzaban a extenderse alrededor del mundo. Si bien los defensores de la nueva normativa aseguran que serán los usuarios los que “castiguen” a los ISPs que quieran cobrarles extra por acceder a ciertos contenidos, en la práctica es claro que no sucederá así. Incluso, existen muchos lugares donde solo se dispone de una o dos alternativas de conexión, relegando a los usuarios a prácticas monopólicas de las que no podrán escapar.
Pai, ex abogado de Verizon, mantuvo su postura y sostuvo que la derogación de las reglas de neutralidad de la red era la decisión correcta. El domingo, un día antes de que la derogación finalmente se convirtiera en oficial, publicó un editorial en CNET:
“Nuestro marco protegerá a los consumidores y promoverá un acceso a Internet mejor y más rápido y con más competencia. Nuestro enfoque incluye sólidas protecciones al consumidor. Por ejemplo, autorizamos a la Comisión Federal de Comercio a controlar a los proveedores de servicios de Internet por actos anticompetitivos y prácticas injustas o engañosas”, escribió Pai, y agregó: “En 2015, la FCC despojó a la FTC -la principal agencia de protección al consumidor del país- de su autoridad sobre los proveedores de servicios de Internet. Esto fue una pérdida para los consumidores y un error que hemos revertido”.
El funcionario también llamó al nuevo curso de acción un “gran éxito bipartidista” y señaló que las reglas eran “especialmente perjudiciales para los proveedores de servicios de Internet más pequeños que no tenían los medios para resistir un ataque regulatorio”.