La Unión Europea ha decidido imponer un formato universal para los cargadores de los smartphones. El elegido ha sido el USB-C.
El objetivo de esta medida es reducir la cantidad de desechos electrónicos. La vicepresidente ejecutiva de la unión, Margrethe Vestager, señaló: “Los consumidores europeos se han sentido frustrados durante largo tiempo por los cargadores de las compañías acumulándose en los cajones (…) Le hemos dado a la industria un tiempo suficiente para ofrecer sus propias soluciones, ahora es el momento para que los legisladores actúen”.
Tres cables en disputa
Actualmente los consumidores europeos tienen tres opciones en el mercado, los USB-C, los micro USB y los Lightning de Apple.
Los micro USB son los más utilizados, pero los USB-C han experimentado un gran crecimiento. La adopción del nuevo formato supone un duro golpe para Apple, que ha insistido en mantener el diseño propio. La compañía de Tim Cook ha señalado que la imposición del nuevo formato impedirá la innovación.
Antecedentes
La decisión no llega de la nada. Antes de imponer el formato la Comisión Europea había logrado acuerdos con la industria en 2009 para controlar el problema de los cables. Apple no quiso formar parte de este esfuerzo.
Periodo de gracia
Las empresas tendrán un periodo de 24 meses para adaptarse al nuevo estándar. La comisión cree que es tiempo suficiente. Sin embargo Apple ha advertido que esta marca podría provocar que mucho del equipo existente no pueda venderse.