Por: Fernando Triveri / MAR, 10 / ABR / 2012

Las aplicaciones Android cuestan más porque hay menos gente dispuesta a pagarlas

Según su creador, Papermill cuesta tan caro porque hay pocos usuarios dispuestos a pagar por la aplicación. El estudio de una consultora y el exhaustivo análisis de un programador y sus ventas ponen en evidencia una seria amenaza a mediano y largo plazo para el ecosistema Android.

Los ecosistemas móviles basan su éxito no sólo en el hardware sino también en la cantidad, calidad y variedad de aplicaciones disponibles para cada sistema operativo. Las aplicaciones son las causantes del éxito de iOS, del crecimiento de Android, de la incógnita de Windows Phone y de la debacle de Blackberry.

Estas aplicaciones son desarrolladas por profesionales que desean obtener un beneficio de su trabajo, que cubra sus costos operativos y les deje como mínimo una pequeña ganancia.

Un estudio de la consultora Canalys revela que las aplicaciones para Android cuestan 2.5 veces más que las aplicaciones para iOS. Esto se deduce al comparar las 100 aplicaciones más vendidas para Android (que representan un total de 374 dólares) con las 100 aplicaciones más vendidas para iOS (con un costo total de 174 dólares).

Ocurre que los usuarios de Android están menos dispuestos a pagar por sus aplicaciones que los usuarios de iOS, según concluye la consultora. Para cubrir sus costos, los desarrolladores deben aumentar los precios, lo que a su vez afecta a las ventas, en un círculo vicioso difícil de romper. Esta situación podría afectar al desarrollo de aplicaciones para Android en el mediano y largo plazo, representando un duro golpe para el ecosistema.

Un ejemplo concreto lo brinda el programador Ryan Bateman, que creó la aplicación Papermill (un cliente de Instapaper para Android) y detalló paso a paso la evolución de las ventas en su blog. A un precio de 4 dólares y al ritmo actual de operaciones (411 ventas en tres semanas), Bateman estima que le llevará alrededor de cinco años para recuperar su inversión inicial de desarrollo.

En base a su experiencia, Ryan Bateman sostiene que los usuarios de Android prefieren “alternativas gratuitas pero menos refinadas”. Como consecuencia, se produce una nivelación hacia abajo de la calidad de las aplicaciones, que en muchos casos apuestan con escaso éxito a solventarse con anuncios. El programador también declara que las grandes compañías que desarrollan aplicaciones para múltiples plataformas no se preocupan por su calidad en la versión para Android; simplemente la producen a toda velocidad para anunciar que “también están disponibles para Android” .

Estos factores sin duda merecen un seguimiento más profundo. Habrá que estar muy atentos a los vaivenes del mercado de aplicaciones; tal vez se pueda lograr un descenso de los precios si aumenta la base de usuarios Android o si la competencia entre los programadores para desarrollar la mejor aplicación al mejor precio posible aumenta en el futuro. De lo contrario, el futuro de las aplicaciones Android podría complicarse severamente.

 

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