Hace un tiempo te contamos cuantos años debería usarse un teléfono para que compense el impacto que su fabricación produce sobre el ecosistema. Por supuesto, una solución para este problema es un adecuado programa de reciclaje.
Sin embargo, como muchos de nuestros lectores deben saber, la mayoría de las baterías de los dispositivos móviles se crean utilizando cobalto. Este material es sumamente contaminante e inflamable.
Cuando leemos noticias sobre dispositivos que se recalientan, se prenden fuego en bolsillo e incluso explotan, la culpa es en gran medida del cobalto.
Un problema tecnológico
Las baterías de ion de litio llegaron a un mercado de USD 30 mil millones en 2017, para 2025 podrían tener un mercado de USD 100 mil millones.
La popularidad del litio es un gran problema para las plantas que se dedican a recuperar los desechos. Una sola batería puede causar un gran incendio.
Entre 2016 y 2019 la cantidad de incendios producidos en las instalaciones de reciclado de Estados Unidos y Canadá se incrementó en un 26%.
Se ha calculado que en los Estados Unidos se pierde una instalación por mes a raíz de los incendios producidos por las baterías.
Las baterías no son el único elementos peligroso con los que las plantas tienen que trabajar, también están los tanques de propano, la latas de aerosol o los fuegos artificiales descartados. Pero las baterías son mucho más pequeñas y difíciles de detectar. Y no solo están las baterías de los teléfonos, las tarjetas de felicitaciones con música también utilizan esta tecnología.
Alternativas
Las baterías de ion de litio no son las únicas opciones tecnológicas posibles, también existen las de tecnología de litio ferrosfato, que no utilizan cobalto. Aunque puede que no sean un cambio definitivo son notoriamente más estables a nivel térmico y químico.
