Las IA han llegado para quedarse, pero en qué condiciones y para qué queremos usarlas es algo que puede y debería discutirse. Sabemos que en algunos casos su impacto ha sido muy positivo, en otros tiene tantas bondades como problemas. Un asunto que debe enfrentarse de forma inevitable es el consumo energético, que es altísimo. La pregunta sería ¿en qué casos se justifica utilizar la potencia de una IA?
Según datos publicados por Google las emisiones de la compañía han aumentado un 50% respecto a las observadas en 2019. Además de ser una muy mala noticia, el dato pone en duda el objetivo de la firma de llegar a emisiones cero en 20230. Aunque, como siempre, cabe aclarar que muchas alcanzan este objetivo con sistemas de compensaciones. Respecto a 2023 el aumento ha sido del 13%.
Google ha explicado que los aumentos se deben al incremento (17% en 2023) en el consumo de energía de sus centros de datos y cadena de suministros. Estos han sido motivados por una creciente demanda en las opciones de inteligencia artificial.
IA: El camino de la energía nuclear
Muchas de las empresas dedicadas a la inteligencia artificial en Estados Unidos están negociando con las plantas de energía nuclear para el abastecimiento de sus centros. Si bien esto implicaría que sus instalaciones solo utilicen recursos renovables, no lleva a una solución del problema de fondo.
La energía renovable es parte de una oferta general, cuando alguien consume una cierta cantidad dicha cantidad deja de estar disponible para otros. Si las empresas dedicadas a las IA siguen aumentando el consumo de energía renovable, aumentará el consumo de otras fuentes.
En el mejor de los casos, a largo plazo, las ansias de energía de las empresas podrían fomentar la proliferación de nuevas centrales nucleares. Incluso algunas de novedoso diseño y que producen menos residuos. Las centrales nucleares son vistas como soluciones intermedias hasta que las alternativas renovables alcancen mayores niveles de eficiencia.