Durante el 1 de septiembre pasado, usuarios anónimos del sitio 4chan difundieron fotos privadas (más precisamente, selfies sin ropa0) de numerosas celebrities, entre las cuales se podían listar Jennifer Lawrence, Kate Upton, Kirsten Dunst y muchas otras.
Tres semanas después, nuevamente usuarios anónimos de la página amenazaron con realizar un nuevo “destape”, publicando esta vez fotos de la actriz británica Emma Watson.
A diferencia del anterior leak, la organización para este evento parecía un poco más pulida: a poco de lanzarse la amenaza, alguien subió un sitio con una cuenta regresiva (emmawatsonyouarenext.com) que culminaría con la revelación de las fotos donde se vería a la intérprete de Hermione Granger desnuda.
Si bien la cuenta regresiva culminaba, en un primer momento, el domingo, finalmente se adelantó para el miércoles pasado. Pero cuando llegó la hora, no hubo desnudos revelados, y los visitantes (muchos, ciertamente) se encontraron en su lugar con la homepage de una compañía de marketing, en cuyo fondo negro se encontraba el logo de 4chan (un trébol) tachado.
Tanto el sitio como las amenazas sobre revelar fotos de Watson eran una mentira, y un su lugar, las verdadera intención de sus creadores era fomentar una campaña para sabotear 4chan. La encargada de orquestar la campaña viral fue la firma Rantic.
El sitio destacaba que “ninguna de estas mujeres se merece esto”, y llamaba a “detener a 4chan y prevenir que más fotos sean filtradas”. Pero no se detenía allí, además se revelaron algunas cifras del buzz social que reflejan una tendencia social bastante particular: “emmayouarenext.com” acumuló 7 millones de shares y likes en Facebook, 3 millones de menciones en Twitter, y en total obtuvo 48 millones de visitas.
Pero a pesar de que en sus ideales la campaña tenía buenas intenciones, daba la impresión de que Rantic estaba más ocupada por imponer su marca como generadora de campañas virales. Por otra parte, se encontraron indicios de que la compañía estaría relacionada con FoxWeekly, un sitio que plagia noticias de otros portales para solicitar likes y vistas en Facebook, y a Swenzy, una compañía que vende followers, de Twitter y likes y vistas en Facebook.
La campaña en contra de 4chan decía estar financiada por personas del mundo del espectáculo, aunque las faltas de ortografía en la carta que dirigieron al presidente Barack Obama no demostraba el cuidado a los detalles que se esperaría de una empresa contratada por celebrities. Asimismo, en esa carta pedían “cerrar 4chan” porque “internet NECESITA censura”.
Llamativamente, luego de pedir el cierre de un sitio, más tarde (seguramente luego de ver que “censura” e “internet” son dos conceptos que no se llevan bien) manifestaron “no queremos 4chan cerrado ni apoyamos la censura“, cerrando una movida de prensa al menos particular.
En definitiva, a pesar de que tal vez nunca se conozcan las verdaderas intenciones de Rantic (por caso, ahora prometen regalar 100 mil dólares dándole comida a un “homeless” y grabándolo), al menos la amenaza de que una mujer sufriera la revelación pública de fotos íntimas si generó el espacio para que se comenzara a hablar sobre la violencia inherente a la objetivación de la mujer en nuestra sociedad hiperconectada.
Tal vez no fue antojadizo que al mismo tiempo que millones esperaban para ver sus fotos desnuda, también millones escuchaban su discurso en la ONU acerca del gran daño que la discriminación por género causa a tantas personas.