Tras el estruendo que armaron las protestas contra las controvertidas leyes SOPA y PIPA, finalmente se logró -al menos por ahora- ponerlas “en suspenso“. Pero con esto no se termina la historia. Todo indica que en 2012 seremos testigos de un cambio radical en la Internet tal como la conocemos. Hay una clara intención del Congreso de los Estados Unidos respecto a ganar el mayor control posible sobre los contenidos de la Red, y la violación a la propiedad intelectual parece ser la coartada perfecta.
Fiel a su estilo, Estados Unidos aplicó un “ataque preventivo” contra MegaUpload, dejando un mensaje más que claro: Ley o no Ley, se accionará de todas maneras contra lo que atente a sus intereses.
Pero para “blanquear” las cosas, no deja de ser importante la existencia de un marco legal, y el que ahora podría ser la “bandera” de esta nueva tendencia es OPEN, un proyecto de ley presentado por el senador demócrata Ron Wyden y el congresista republicano Darrell Issa.
Para no hacer muy complicada la historia, OPEN propone básicamente lo mismo que PIPA y SOPA, pero con un accionar un tanto más “liviano” contra los sitios denunciados. Pueden ver el la propuesta completa en este PDF.
Para empezar, OPEN sugiere que las demandas sean investigadas y procesadas por la Comisión Internacional de Comercio y no por el Departamento de Justicia, como marcan las otras leyes.
Por otro lado, OPEN apunta directamente a los sitios que violen las leyes de propiedad intelectual, dejando de lado a buscadores o redes sociales (uno de los puntos críticos de PIPA y SOPA).
Otro aspecto interesante es que el accionar de OPEN se basaría en cortar el financiamiento de los sitios denunciados (a través de PayPal o publicidad online), pero no incurrir en el bloqueo de hosting, dominios o filtrado de DNS.
Para hacer un poco más claro el panorama, en el sitio oficial se muestra el siguiente gráfico donde se compara a OPEN con PIPA y SOPA.
Si bien desde la teoría la ley parece plantear un punto intermedio (más allá que luego el FBI haga lo que le parezca), lo cierto es que hay posiciones encontradas al respecto. Mientras que por un lado OPEN recibió un giño de Facebook y Google, la RIAA y la MPAA ya le bajaron el pulgar.
Por otro lado, plantear una investigación exhaustiva sobre las denuncias (en vez de bloquear directamente), implicaría un gasto burocrático enorme, lo que en parte sería absorbido por el demandado.
En fin. Creo que a esta altura no caben dudas que la libertad de acción en Internet tiene los días contados. La incógnita es si los usuarios encontrarán alternativas para aplicarla de todas formas, o si definitivamente se viene un nuevo “orden mundial”.