En materia de novedades el nuevo Kernel de Linux no presenta grandes cambios como si lo es el propio número de versión elegido.
El propio Torvalds, como el coordinador del proyecto, optó por patear el tablero y de una buena vez pasar a la versión 3 del sistema operativo libre por excelencia.
Lo hace después de muchos años, con unas 39 versiones que comenzaron por 2.x.x, cuya salida inicial fue allá por 1996 con el 2.0.
Hasta último momento se especuló con un posible 2.8.x , pero todo quedó atrás ni bien Linus publicó lo que se constituye como la versión 3.0.0-rc1 del núcleo.
El ingeniero de software de origen finés dijo que quería arrancar por la versión 3.0 porque “llevabamos muchos años publicando versiones en función del tiempo y no de las características”.
Todo un mensaje para la comunidad Linuxera, siempre atenta a lo que dice Torvalds.
Además, recordó que ya pasaron 20 años desde el feliz nacimiento del Kernel de Linux, “si quieren, allí tienen una excusa para el cambio de numeración”, agregó.
Los cambios que trae desde la última versión estable (2.6.39) no son demasiado significativos, el más resonante es el soporte para el Microsoft Kinect, el sensor de movimientos para controlar juegos de la consola Xbox 360. Aparte de eso también se incluyen mejoras para algunas placas de video y algunos procesadores de Intel, nada que no se haya visto hasta ahora.
Con seguridad le vendrá muy bien a Linux este resonante cambio numérico, no sólo por el valor simbólico que conlleva, sino porque es muy probable que traiga consigo más bríos y más ganas a los infatigables y geniales desarrolladores del sistema operativo libre.
Queda por saber cual será la primera distribución de Linux en incluir la versión 3.0, ¡hagan sus apuestas!.