Que el futuro de la movilidad es la energía eléctrica no es noticia; lo que sí es noticia es que una metropolí como Shenzhen haya apostado fuerte en este ámbito con un ambicioso plan de transporte sustentable. La ciudad china, considerada el “Silicon Valley del hardware” anunció esta semana que el total de su flota de autobuses públicos (16.359 unidades) ya funciona con propulsores eléctricos.
Las novedades de Shenzhen no terminan ahí, ya que más de la mitad de las fabricas de la ciudad ya funcionan íntegramente con electricidad y el plan es deshacerse de las emisiones de gas restantes para 2020.
Volviendo al transporte, las autoridades de la ciudad están encarando la construcción de 510 estaciones de carga y 8.000 postes de carga adicionales en toda la ciudad. Según la publicación EyeShenzhen, estos postes pueden cargar las baterías de un autobús en dos horas y servir hasta a 300 vehículos por día.
Por mucho que esto sea bueno para el medio ambiente en general, ya hay algunos beneficios más tangibles para las autoridades locales. China es conocida por sus problemas de smog, pero la flota de autobuses eléctricos sirve para evitar la emisión de alrededor de 1,35 millones de toneladas de CO2 en la atmósfera local cada año. Luego está el hecho de que la ciudad se percibe ahora mucho más tranquila, ya que los autobuses eléctricos son silenciosos.
Por el lado del ahorro general de costos, estos vehículos usan casi un 75 por ciento menos de energía que sus equivalentes alimentados con combustibles fósiles. Sí, se necesitaron alrededor de US$ 490 millones en subsidios para comenzar el programa, pero ese es un pequeño precio a pagar por un aire más limpio, ciudades más tranquilas y un gran impulso al mundo de las energías renovables.
Vía: Engadget