Dos veces al año, Google actualiza su Reporte de Transparencia con el objetivo de mostrar a la opinión pública cómo es utilizada la información recogida por todos sus productos y servicios. Una de las secciones más importantes del informe es la dedicada a enumerar las solicitudes de retiro de contenido o acceso a información privada por parte de organizaciones y gobiernos de todo el mundo.
En la página correspondiente a las solicitudes de organismos gubernamentales, Google dice que reciben un gran número de pedidos para que retiren contenido de sus servicios, muchos de los cuales son desestimados luego de un minucioso análisis. A continuación, declaran: “En este informe, divulgamos la cantidad de solicitudes que recibimos de cada gobierno semestralmente, con algunas limitaciones.”
Pero ahora se supo que tales “limitaciones” no eran un asunto menor. Desde Google trataron de aclararlo en su blog oficial. Sucede que a partir de los atentados a las Torres Gemelas, el FBI tiene la atribución de enviar Cartas de Seguridad Nacional, que son pedidos que la autoridad federal estadounidense puede efectuar a cualquier organización de su país. Son de cumplimiento obligatorio y de carácter secreto, por lo cual Google hasta el momento ni siquiera pudo incluirlas en sus Reportes de Transparencia.
Las Cartas de Seguridad Nacional pueden requerir acceso a información privada de determinados usuarios de servicios telefónicos, mensajes de email o registros de acceso a Internet, entre otros datos personales. Como ahora resulta evidente, Google tuvo la obligación de cumplir con este requerimiento durante años sin que sus usuarios lo sepan.
Luego de largas negociaciones con el FBI y el gobierno estadounidense, se llegó a una solución de compromiso en donde Google ha recibido el permiso de publicar cuántas Cartas de Seguridad Nacional recibe anualmente y cuántos usuarios resultan afectados, pero sin dar números exactos porque según el FBI, “ello podría afectar al resultado de las investigaciones en curso”.
En consecuencia, las cifras mostradas en el reporte resultan tan vagas y difusas que sólo generan más confusión que certezas. Y pese a que Google es el único sitio que se animó a mostrar estas solicitudes, indudablemente otros servicios como Facebook también las deben recibir regularmente, estando obligados a proporcionar información confidencial, sin el requerimiento de ninguna orden adicional de la Justicia. Lo único cierto -y tal vez lo más importante- es que el FBI nos puede estar vigilando y accediendo a nuestros datos personales en este mismo momento, sin que podamos hacer nada para impedirlo.