Hace unos días Tesla presentó dos nuevos vehículos autónomos. La Robovan y el Cybercab. El evento en el que ocurrió esto fue conocido como “We, Robot”. Durante el mismo varios robots humanoides Optimus se movieron de un lado a otro, realizaron algunas demostraciones de sus capacidades y atendieron a los invitados.
Los robots causaron un gran impacto por su autonomía y la naturalidad de su comportamiento. Pero también despertaron sospechas. No sería la primera vez que en una demostración un robot que aparece como actuando por su cuenta está recibiendo una ayuda.
Respuestas y gestos
Al parecer los robots fueron, en parte, controlados de forma remota. Los movimientos que realizaban estaban exclusivamente a cargo de la IA. Los optimus han dominado esta función sin problemas. Sin embargo, todas las interacciones con el público han estado mediadas o supervisadas por ingenieros de Tesla.
Las sospechas sobre la intervención humana comenzaron debido a que los modelos presentaban diferentes voces y sus respuestas y gestos cambiaban de una unidad a otra.
Quizás en el futuro podamos decir que esto es parte de las características de una IA desarrollando un estilo propio en cada instancia. Pero por el momento solo expresa como un controlador es diferente del otro.
Bajo la mirada de los inversores
Cuando se los interrogaba sobre si eran ayudados por un ser humano las unidades, o mejor dicho los operadores, confesaban el truco. Tal aclaración resulta lógica dado que permite a la empresa señalar que no tenía intención de engañar al público. De otro modo el asunto podría ponerse bastante serio con los inversores.
La reacción de los inversores al evento y las presentaciones no fue muy positiva. Las acciones de las empresas cayeron un 11%.
