Los televisores 8K no podrían comercializarse en la Unión Europea porque los actuales modelos no cumplen con los estándares de eficiencia energética que impulsa. De concretarse el actual proyecto de ley la restricción se haría efectiva el 1 de marzo en 27 países. La medida afecta a la gran mayoría de los dispositivos más novedosos y avanzados.
Una medida nada sorpresiva
Si hay algo que las empresas involucradas no pueden argumentar es que se han visto sorprendidas por la iniciativa. Los estándares de eficiencia energética fueron establecidos hace ya varios años. Para tal fin se analizaron modelos producidos entre 2012 y 2017.
En ese momento las empresas del sector consideraron que lo establecidos por las autoridades era justo y lógico. También proyectaban que no tendrían problemas para cumplir con los estándares.
Cierto es que la Unión Europea ajustó los estándares y luego trasladó la norma a los televisores 8K. Lo primero es discutible, lo segundo es simplemente un problema de los fabricantes.
Dispositivos ineficientes
Las actuales pantallas 8K tienen paneles LCD que requieren mucha más energía para funcionar. Para empezar tienen 4 veces la cantidad de píxeles de una pantalla 4K. El reducido tamaño de estos píxeles hace que el esfuerzo para que pase la luz sea mucho mayor. El sistema necesita mucho más brillo, más poder, más energía.
Actualmente algunos modelos consumen el doble del máximo permitido. Otros están ligeramente por encima del límite. Ninguna de las opciones del mercado logra el objetivo. Algunos televisores 4K también tienen problemas.
Otras consideraciones
El paso de un televisor 4K a uno 8K en la gran mayoría de las situaciones no supone una gran diferencia en la calidad de la experiencia. Si nos guiamos por lo que actualmente sucede en el mercado no parece que estos dispositivos despierten mucho interés. Según previsiones de la consultora Omdia para 2026 en todo el mundo habrá unos 2,7 millones de hogares con televisores 8K.
Un aspecto que hay que tener en cuenta es que aunque los televisores 8K se vuelvan más eficientes el consumo de energía directo no es el único factor. La transmisión de video es actualmente la parte más importante del tráfico de datos de Internet. La transmisión de video en mayores definiciones supone un mayor consumo de energía. Quizás todas estas problemáticas puedan en parte resolverse con mejoras técnicas y tecnológicas. Pero la posibilidad de que naciones y organizaciones internacionales establezcan límites para el ahorro energético es algo a lo que tendremos que acostumbrarnos. Al menos hasta que podamos producir mayores cantidades de energía con medios sustentables.