Después de ser acusado en febrero (y pasar un mes en la cárcel), el mandamás de Samsung, Lee Jae-yong, podría enfrentar hasta doce años más en prisión por su papel en un escándalo de corrupción que obligó al presidente de Corea del Sur a abandonar el cargo. Los fiscales están buscando una sentencia pesada, ya que la participación de Samsung en el caso apunta a las conexiones y la corrupción entre el gobierno de Corea del Sur y sus poderosas compañías, a menudo controladas por la familia fundadora. Como señala The Guardian, los ingresos totales de Samsung son casi una quinta parte del PBI del país.
Lee es oficialmente el vicepresidente de Samsung, pero ha dirigido la compañía desde que su padre y presidente de la compañía, Lee Kun-hee, sufrió un ataque al corazón hace unos años. El ejecutivo declaró a la corte: “Nunca he pedido a nadie, ni siquiera al presidente, nada de la empresa para mi beneficio personal”.
El acuso agregó que el juicio había sido “injusto”, y subrayó que a medida que Samsung crecía y se hacía más poderosa, “más estrictas y más altas eran las expectativas del público y la sociedad”.
Lee presuntamente ofreció 38 millones de dólares en sobornos a cuatro fundaciones, las cuales fueron creadas para apoyar las iniciativas políticas del entonces presidente Park Geun Hye. Después de esto, Lee buscó ganar la aprobación del gobierno para una fusión de US$ 8 mil millones de dos compañías del grupo Samsung en 2015 – que fue opuesta por muchos accionistas, pero fue aprobada debido al apoyo del fondo de pensiones nacional del gobierno. El tribunal emitirá su veredicto el 25 de agosto.
Vía: TheGuardian
