En febrero de 2025 Microsoft presentó Muse, un modelo de inteligencia artificial capaz de crear videojuegos. El sistema produce los gráficos y los controles. La compañía advertía que se trataba de un prototipo, pero afirmaba que el potencial era enorme.
En las consignas empleadas se utilizaban 10 cuadros, de 1 segundo cada uno, con secuencias del juego asociadas a los controladores. A partir de estos datos la IA predecía la evolución del videojuego. Los resultados eran apenas fragmentos, visualmente atractivos (hasta cierto punto) pero limitados a nivel funcional. Nada con lo que pudiéramos jugar durante horas.
La demo de Quake
Más recientemente Microsoft ha presentado una demostración que es una replica de Quake 2 generada con la IA. Este experimento es más completo, pero tiene limitaciones. Lo más destacable es que puede probarse a través de una página web.
Los gráficos no son de lo mejor. Los controles son tan precisos como los centros que tira el tio durante el partido del fin de semana luego del asado con postre incluido. La resolución de la demostración es de 640×360, algo mejor que los 300×180 que conseguía en su lanzamiento.
Usos a futuro
Microsoft presenta a este modelo como un instrumento para la creación de prototipos. También ha señalado la posibilidad de emplear Muse para hacer las conversiones de plataforma. Por el momento no parece que la herramienta tenga la capacidad de ser el corazón de la producción de los juegos. Ni que Microsoft apunte en esa dirección, al menos en el corto plazo.