Hecha la ley, hecha la trampa. Estados Unidos ha impuestos una serie de restricciones a la transferencia tecnológica hacia China. Lo que implica, entre varias consecuencias, límites estrictos en la potencia de los chips de inteligencia artificial que las empresas pueden exportar a dicho país. China ha encontrado varias maneras de esquivar este embargo. Como por ejemplo realizar triangulaciones y comprar en mercados tales como Singapur.
Sin embargo, aún con estas maniobras el impacto se hace sentir.
A través de las nubes
Afortunadamente para el gobierno chino siempre es posible contar con la necesidad de las empresas de hacer cada vez más dinero.
Microsoft y Google le han ofrecido a las empresas chinas acceso a los chips de Nvidia. No de una forma directa, sino a través de sus centros de datos en locaciones exteriores. Ambas compañías creen que sus servicios cumplen con las restricciones impuestas por Estados Unidos. Esto podría ser cierto desde un aspecto puramente técnico, pero es obvio que las operaciones realizadas van en contra de los objetivos de las medidas.
¿Con los días contados?
El gobierno estadounidense ha propuesto que las empresas que proveen de servicios en la nube reporten cuando organizaciones extranjeras acceden a los centros de datos de EEUU para entrenar a sus modelos de IA.
Si esta medida entrara en acción Microsoft y Google se verían obligadas a comunicar de forma oficial y directa la venta de sus servicios a empresas chinas. Y es casi seguro que recibirían instrucciones claras para terminar con la situación.