Hace unos días los desarrolladores de Minecraft hicieron pública su posición sobre los NFTs en los videojuegos y su posible uso en el juego de los bloques. En el texto se explica que los tokens no reproducibles pueden ser utilizados para crear modelos de escasez y exclusión, que van en contra del espíritu de Minecraft. Escenarios en los que los jugadores se distinguen porque algunos tienen ciertos objetos y otros no.
Cabe señalar que en el mundo de los videojuegos los personajes progresan y consiguen ítems, pero (por lo general) dentro de la propia mecánica del juego.
Otro aspecto señalado como negativo es que la especulación sobre los precios y la mentalidad de inversor que se produce alrededor de los NFTs tiende a desplazar el foco del elemento lúdico y el disfrute.
A todo esto se agrega una preocupación por la confiabilidad de los actuales actores en el universo NFT. Algunas implementaciones, se explica, dependen de tecnología blockchain que requiere un administrador de activos que puede desaparecer sin aviso alguno.
Por dicha razón la tecnología blockchain no está permitida en Minecraft.
En sintonía con la comunidad gamer
Lo interesante de las declaraciones hechas por el equipo de Minecraft es que aúnan cuestiones de principios con preocupaciones de índole técnica. Y también resumen de una manera sencilla el rechazo que esta tecnología ha despertado en el universo gamer.
En este espacio la reacción ha sido especialmente negativa. Una de las causas sin dudas es que los aficionados a los videojuegos han soportado durante años sistemas de micro transacciones y mecanismo de pagar para ganar. Algunos de los cuales fueron incorporados a sus juegos favoritos y, muchas veces, terminaron por arruinarlos.
Cuando el vendedor golpeo la puerta con una valija llena de NFTs, los aficionados lo corrieron a escobazos. Porque básicamente, ya saben como termina esta historia.
