Blackphone es una de las notas curiosas en la edición 2014 de Mobile World Congress, vidriera de la industria móvil a nivel global que estira su brazo hasta el 27 de febrero en Barcelona. Se trata de un smartphone que había sido anticipado a mediado de enero con promesa de presentación en el gran evento europeo.
En el marco de un proyecto conjunto entre dos compañías, la singularidad de este dispositivo es su foco en la privacidad y la seguridad, que han vuelto a ser parte de la preocupación de muchos tras la divulgación por parte del ex agente Edward Snowden de una serie de documentos de la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos (NSA), dando cuenta de un sostenido plan de espionaje, no solamente a gobiernos, organismos y empresas en el mundo, sino también a ciudadanos particulares.
El smartphone, liberado y sin restricciones geográficas, está basado en Android, sistema operativo sobre el cual se aplica una capa denominada PrivateOS. Este software de encriptación promete plena seguridad mediante el acceso a una VPN a la hora de hacer y recibir llamadas, y en diferentes entornos como mensajes, navegación, chat, transferencia de archivos, etc. Asimismo, se añaden servicios que propician el anonimato en el uso, como Silent Circle y Disconect.me. En esta línea, según habían afirmado los responsables del proyecto, el equipo promete ofrecer “todo lo que necesiten para asegurarles el control y la privacidad en sus comunicaciones, en conjunto con todas las otras características que podrían esperar de un smartphone de alta gama”.
Sus especificaciones destacadas: pantalla HD de 4.7 pulgadas; procesador de cuatro núcleos a 2GHz; 2GB de RAM; cámaras de 8MP y 1.3MP; conectividad LTE; y, punto débil, 8GB para almacenamiento interno, sin ranura para expansión vía microSD.
Según anota Engadget, Blackphone comenzará a ser comercializado a un valo de US$629.
Imagen: Gizmodo