Barcelona fue testigo del renacimiento de uno de los teléfonos más emblemáticos de la industria móvil. El Nokia 3310, lanzado originalmente en septiembre de 2000, ha vuelto a la vida con nuevas funciones, pero con el mismo espíritu de antaño, el mismo que lo ayudó a vender más de 120 millones de unidades en la primera década del siglo XXI.
Como ya se había rumoreado en la previa del MWC, el renovado 3310 no es un smartphone, sino que se ubica en el segmento de los feature phones, caracterizados por sus funciones limitadas y su precio accesible. El software que equipa a la unidad es el añejo Series 30+ de Nokia, y está acompañado en el apartado de hardware por una pantalla QVGA de 2.4 pulgadas, una cámara trasera de 2Mpx y un lector de tarjetas Micro SD.
Si bien estas especificaciones pueden parecer escasas para los estándares de hoy en día, son más que suficientes para el nicho de mercado al que apunta. Tal vez, el único punto a reprochar sea la construcción, ya que, si bien es sólida, no llega a igualar al del 3310 original, mundialmente famoso por su robustez. HMD, fabricante que tiene los derechos de la marca finlandesa, se ha decidido por una reedición más pequeña, delgada y liviana, que suma además varias opciones de colores: amarillo, rojo, gris y azul.
El combo se completa con las apps de Opera Mini y Snake (la famosa “viborita”) y una batería que, en stand by, promete hasta 31 días de autonomía y 22hs en modo llamada. El Nokia 3310 estará disponible a partir del segundo trimestre de 2017 por solo 52 dólares.
Imagen: TheVerge