Después de un arranque prometedor de 2016, cuando anunció su expansión a 192 países, Netflix vivió su primer cimbronazo en mucho tiempo con el anuncio de los resultados fiscales correspondientes al segundo trimestre. La firma comandada por Reed Hastings no logró alcanzar los objetivos propuestos, sobre todo en lo que se refiere a crecimiento en el número de usuarios.
El Q2 registró 160.000 nuevos usuarios en Estados Unidos, un número muchísimo menor al de 2015, cuando se registraron en el mismo periodo 900.000 nuevas cuentas. A nivel mundial, el desempeño fue similar, sumando “solo” 1.680.000 abonos, lejos de las expectativas de los analistas, que proyectaban 2.500.000. La respuesta, según Hastings, está en el aumento del valor de la suscripción mensual, que pasó de US$7.99 a US$9.99.
La reacción del mercado bursátil fue inmediata: Las acciones cayeron un 15 por ciento, a pesar de que los ingresos netos tuvieron una leve alza, ubicándose en los 2.100 millones de dólares (versus 1.400 millones en 2015). La preocupación de los accionista se basa en la notoria desaceleración del crecimiento, lo que tiende un manto de duda sobre la empresa, ya que podría estar llegando a su pico de usuarios.
Fuente: ElPais