Nintendo finalmente confirmó lo que, en realidad, era vox populi: que su consola Wii U fue un fracaso comercial.
La firma oficializó que la consola no alcanzó los números estimados de venta, sumiendo a la firma en un tercer año consecutivo de pérdidas en este mercado.
“No alcanzamos nuestros objetivos de venta de hardware durante finales de año, época en que las ventas son mayores“, manifestó el presidente de Nintendo Satoru Iwata en una reunión informativa para accionistas realizada en Osaka. Asimsimo, el presidente de la firma dijo que este fracaso no ameritaba renuncias de la plana mayor: “no habrá mayores movimientos en la mesa directiva en el corto plazo“, dijo el ejecutivo.
El fracaso de la consola ni siquiera pudo evitarse mediante un recorte en su precio de 50 dólares (decisión de la firma en septiembre), por lo que Nintendo redujo sus expectativas de venta en un 70%. Hacia el 31 de marzo, la compañía espera vender solamente 2.8 millones de unidades de la consola. De la misma forma, también redujo las estimaciones de la Nintendo 3DS a 13.5 millones, cuando hasta hace poco la compañía esperaba vender 18 millones de unidades.
Las consolas portables de Nintendo (y las de otras firmas también) enfrentan actualmente una batalla complicada con las apps de juegos muchas veces gratuitas que se venden para smartphones y tablets. Mientras que en el campo de las consolas hogareñas la situación para Nintendo es aún peor: la competencia se ha resumido en una lucha de dos frentes solamente, con la compatriota Sony tratando de ganar terreno sobre Microsoft, y viceversa.
Y para acentuar el problema, muchos analistas han considerado que la Wii U, además, no es muy buena en términos de hardware. De hecho, son pocos los que consideran a la Wii U como una consola next-gen. Ese mote está exclusivamente reservado para la PlayStation 4 y la Xbox One.
Nintendo informó que espera pérdidas operativas en el orden de 35 mil millones de yenes, y una pérdida neta de 25 mil millones para finales de marzo.
Vía: TechCrunch, Reuters