Hasta hace poco tiempo los usuarios de Windows podían realizar un truco bastante práctico. Si tomaban una clave de activación de las versiones 7, 8 u 8.1 del sistema operativo, podían emplearla para instalar Windows 10 o Windows 11. Esto ocurría porque hace unos años Microsoft permitió que los usuarios de las versiones más antiguas actualizaran los sistemas de forma gratuita.
Hay que tener en cuenta que la venta del sistema operativo en sí, ya no es el negocio principal de Microsoft. Lo que la empresa necesita es mantener la plataforma para poder vender otros productos y servicios. Sin embargo, tampoco es cuestión de dar cosas gratis de por vida.
Microsoft cierra la ventana
Las actualizaciones gratuitas terminaron a mediados de 2016. Pero aunque el procedimiento oficial había dejado de existir una parte del mecanismo seguía funcionando. Las claves de unas versiones eran compatibles con las otras.
Microsoft ha comunicado recientemente que la opción de actualización desde Windows 7 y 8 a 10 y 11 ya no está disponible.
Sin embargo, las actualizaciones desde Windows 10 a Windows 11 todavía funcionan sin costo.
También cabe notar que versiones más antiguas de Windows 11 todavía aceptan las claves de Windows 7 y 8.
No creemos que este cambio suponga para Microsoft una importante diferencia en ingresos. El hecho de que hayan esperado hasta ahora para la medida demuestra que preferían evitar incomodar a los usuarios. Y, seamos sinceros, cuando hay un posible beneficio no se lo piensan mucho.