“Una de cal y una de arena“, dice el dicho refiriéndose a que, ante las malas noticias, siempre aparece una buena que equilibra la balanza (o al revés).
La semana pasada hacíamos referencias a la -por lo menos- alocada idea de un estudio de abogados alemán de divulgar los nombres de todos los usuarios que compartan vía P2P contenidos que sean propiedad de sus clientes.
Hoy nos enteramos que Noruega retiró la licencia a la firma de abogados Simonsen para que continúe con sus prácticas de monitoreo de la actividad en Internet, en búsqueda de posibles actos de piratería durante el intercambio de archivos. Cabe destacar que Simonsen era el único bufete del país con la potestad de llevar adelante esa actividad, aunque ya no podrán seguir adelante debido a un vacío legal que impide este accionar para cualquier propósito.
Así, Noruega se convirtió en un país carente de cualquier monitoreo sobre la Red, y por lo tanto sus ciudadanos se encuentran en este momento con la posibilidad de hacer un uso absolutamente libre de la misma sin pensar en sus consecuencias (para bien o para mal).
Al respecto, Cecilie Rønnevik, asesora del ente que regula la inspección de datos declaró “A partir de hoy, en Noruega no está permitida la caza de usuarios que hagan uso de sistemas de intercambio de archivos“.
Por otro lado, el estudio de abogados también hizo su descargo, obviamente mostrando su padecer por la situación: “Cuando nadie está autorizado para tratar los datos personales con el fin de detener la violación del copyright, se debilita la capacidad de los titulares para perseguir las violaciones que ocurren en la red. Por lo tanto se pierde la capacidad de proteger sus intereses. Esperamos y creemos que este problema se resuelva pronto“.
No sabemos por cuánto tiempo se sostendrá esta situación, pero mientras tanto así como algunos países son considerados “paraísos fiscales“, Noruega es hoy un “paraíso del intercambio de archivos“.