Cuando el presidente de Francia, Emmanuel Macron, decidió impulsar una reforma en el régimen laboral las manifestaciones en contra no tardaron en aparecer. Las protestas se volvieron cada vez más fuertes y en ocasiones violentas. Entre los destrozos que suelen ocurrir en estos casos una de las víctimas fueron los monopatines eléctricos, que fueron rápidamente utilizados como combustible de fogatas.
Al parecer el encono contra estos ingenios no es una cosa del momento. Un reciente referéndum en Paris ha terminado con un 89% de los ciudadanos votando a favor de la prohibición de los monopatines.
Monopatín, nadie te quiere
Los vehículos eléctricos fueron presentados en su momento como una opción de movilidad en 2018. Sin embargo durante su corta existencia como servicio estuvieron involucrados en varios accidentes. En 2021 el gobierno francés introdujo nuevas exigencias de seguridad, pero los monopatines continuaron siendo una fuente de irritación para la mayoría de los residentes.
La votación en parte le ha permitido a las autoridades quitarse de encima un problema.
La opción verde que no fue
El argumento a favor de los monopatines eléctricos era que ofrecían una forma de transporte ecológica. Sin embargo, las autoridades parisinas han descubierto que las personas que los utilizaban eran mayormente peatones. Por lo que no se producía un cambio verdadero.
Eliminada esta ventaja solo quedaron los inconvenientes producidos por su manejo y almacenaje.