Las criptomonedas despiertan tanto entusiasmo como rechazo, pero existe cierto consenso respecto a que el consumo de energía que producen es problemático. Muchas empresas relacionadas han intentado solucionar este problema utilizando solo energías renovables. Sin embargo esto no alcanza dado que las fuentes de energía renovables son todavía escasas, lo que implica que todo lo que consume una industria deja de estar a disposición de otra, que debe recurrir a otros medios.
Una nueva campaña ha sido lanzada el martes con el objetivo de presionar tanto a inversores como a referentes del mundo cripto para que exijan un cambio. Se trata de Change the Code Not the Climate (Cambia el código, no el clima).
El problema
En el centro de la discusión está el sistema prueba de trabajo que utilizan las divisas digitales para validar las transacciones. El esquema se apoya en la red blockchain, que a su vez se sostiene en cientos de miles de equipos realizando operaciones de minado de monedas. Con el tiempo el minado, tal y como sucede con el bitcoin, se hace más difícil, supone más trabajo y un mayor consumo de energía.
El bitcoin consume más energía que países como Argentina y Noruega. La industria sigue creciendo y esta problemática se vuelve cada día más grave.
La solución
La campaña no tiene como objetivo prohibir las criptomonedas, sino cambiar el modo en que funcionan para que consuman menos energía y sean verdaderamente ecológicas. La idea es cambiar de un sistema de prueba de trabajo a uno de prueba de participación, lo que supondría una reducción de la energía consumida de un 99,9%.
Esta alternativa ha sido probada anteriormente por la divisa Peercoin en un esquema mixto. También es el sistema al que Ethereum estaría migrando durante los próximos meses. PoS (proof of stake) no es una solución técnica perfecta, Ethereum ha necesitado unos 6 años para realizar el cambio. Sin embargo parece ser el único camino lógico a seguir.