La velocidad promedio a la que se conectan a Internet los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires es de unos 4 Mbps (“megas”), en el Interior esta velocidad baja a 1 mega o menos. El precio del mega mayorista (el valor que pagan los proveedores o cooperativas para luego venderle la conexión a los usuarios finales) es de entre 17 y 22 dólares en Capital, mientras que en las localidades del Interior el mega mayorista cuesta entre USD 150 y 400.
¿Cuál es el motivo de esta injusticia? Muy simple, las leyes del mercado: a las empresas privadas como Fibertel, Arnet o Speedy no les resulta rentable hacer llegar buena conectividad a una recóndita localidad de pocos miles de habitantes. Según Rodrigo de Loredo, Director de ARSAT, “el problema es cuando el Estado piensa igual que el mercado y no realiza acciones si no le reditúan una cantidad significativa de votos“
ARSAT lanzó el 17 de mayo del año pasado el Plan Federal de Internet que busca dar conectividad buena y barata a 1300 localidades del Interior mediante una red de 33.000 km de fibra óptica. Esta red, construida en su mayor parte durante el gobierno anterior, tenía, según de Loredo, solo 6.500 km iluminados (así se le dice a la fibra óptica que está operativa transmitiendo datos) y llegaba a 17 localidades. Hoy hay 20.000 km iluminados y unas 200 localidades alcanzadas. ¿El objetivo final? Una tarifa plana de Internet en todo el país.
A casi un año del lanzamiento del ambicioso plan, entrevistamos a De Loredo para que nos cuente cómo van las cosas. ¿Cuánto, cómo, cuándo? Todas las respuestas en esta entrevista en video.
Miguel Lederkremer